Uno de cada tres habitantes de la Región del Maule ha experimentado en algún momento de su vida un problema de salud mental. Al buscar una explicación para este fenómeno y, si bien, la estructura psicológica es distinta entre una persona y otra, hay elementos que pueden generar dolencias comunes a nivel de la población.
Así, por ejemplo, eventos como el terremoto del 27 de febrero de 2010 o los incendios forestales que afectaron la zona durante el verano de 2016, causaron trastornos en una comunidad que no estaba preparada para enfrentar sucesos de tal magnitud. Como referencia, cabe mencionar que durante el primer semestre después de ocurrido este último acontecimiento unas 6.000 personas tuvieron que recibir apoyo psicológico.
“Los impactos naturales también hacen lo propio. Contribuyen en cierta medida a esa situación de vulnerabilidad. No hace más que agregar estrés, que es la base de las patologías mentales”, explicó el académico de la Facultad de Psicología de la Universidad de Talca (UTALCA), Emilio Moyano.
Sin embargo, el docente también reconoció que “hay investigaciones que han determinado que factores de crisis muestran un clima de fortalecimiento mental. En China, crisis significa algo negativo pero también una oportunidad. Gran parte de nuestros ciudadanos se levantaron de estos eventos y crecieron para ser mejores personas”.
VARIABLES
Moyano mencionó la dimensión socioeconómica como una de las variables que pueden detonar este tipo de dolencias. “La precariedad económica que tiene el Maule, con bajo nivel de sueldo promedio, inequidad y con grandes carencias, genera situaciones de vulnerabilidad. Existen teóricos como Richard Wilkinson, quien sostiene que la desigualdad entre grupos económicos y sociales produce una mayor mortalidad y morbilidad en sectores más pobres”, explicó.
Según la última Encuesta Suplementaria de Ingresos, publicada en 2016, el Maule quedó como la penúltima región con menor cifra de ingreso mensual del país. En esa época, la región promediaba un ingreso salario promedio de 385 mil 500 pesos, muy por debajo de los 517 mil pesos del promedio nacional.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló que en el trimestre móvil diciembre 2017-febrero 2018 la cifra de desempleo regional alcanzó el 5,1%, lo que se traduce en un aumento porcentual de 2,7% respecto al mismo lapso del periodo anterior.
“También es una región, junto a la novena, con altos niveles históricos de alcoholismo. Acá se produce mucho alcohol, el cual es un factor asociado a una pobre salud mental porque te hace más vulnerable a desarrollar ese tipo de patologías. Aunado a eso ha incrementado el consumo de droga en los más jóvenes, lo cual representa otro factor de riesgo”, añadió.
CRECIMIENTO
Según el profesor Moyano, quien ha realizado una amplia investigación en el campo de la economía y calidad de vida, tanto estas variables como otras inciden en la estabilidad psicológica de los habitantes que en algunos casos pueden llegar a situaciones extremas, como lo reflejó en el artículo “Suicidio y Producto Interno Bruto en Chile: Hacia un modelo predictivo”. “Tengo varias hipótesis sobre el fenómeno suicida, el cual es sumamente preocupante en el Maule”, acotó.
“Tiene que ver en función del trabajo y la economía que tenemos. El clima laboral tiene características tensionantes y absorbe mucho tiempo de las personas, quienes suelen aislarse y tienen menos vida familiar.
Además, la globalización ha generado mayor nivel de endeudamiento y un modelo de vida individualista más que colectivista, con grandes desigualdades entre los que más y menos tienen. Eso contribuye a cuadros depresivos hasta el extremo del suicidio. En Chile más que desarrollo ha habido un crecimiento económico”, reflexionó.