En medio de un año electoral incierto, el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, reabrió el debate sobre la posibilidad de una nueva Constitución, afirmando que su discusión debería retomarse con urgencia. Sin embargo, la reacción en el oficialismo fue matizada. La secretaria general del PC, Bárbara Figueroa, precisó que el planteamiento de Carmona surgía en el contexto de una reforma política en el Congreso, descartando que el partido haya puesto el tema en la «orden del día». Por su parte, la exministra Carolina Tohá rechazó la posibilidad de un nuevo proceso, argumentando que los intentos previos generaron frustración y que se deben buscar otras formas de abordar la discusión constitucional.
Desde La Moneda, la ministra de Ciencias y vocera (s), Aisén Etcheverry, sostuvo que la discusión constitucional no es una prioridad del Gobierno en su último año. «Nosotros estamos enfocados en implementar la reforma de pensiones, fortalecer el Ministerio de Seguridad y avanzar en proyectos de ley clave», señaló. En la misma línea, la presidenta del Frente Amplio, Constanza Martínez, recalcó que si bien el tema no está cerrado, hoy existen otras prioridades para el país.
En la oposición, la candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, criticó al PC por insistir en la discusión constitucional, afirmando que la ciudadanía ya ha rechazado dos veces esta posibilidad y que las prioridades deben centrarse en seguridad, educación y empleo. Por su parte, el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, aseguró que su sector se enfocará en fortalecer los mecanismos de reforma dentro de la actual Constitución en lugar de impulsarla nuevamente. Mientras tanto, el excandidato presidencial Marco Enríquez-Ominami criticó la gestión oficialista en el primer proceso constituyente, acusando al Gobierno de haber actuado con «vanidad» y de haber abandonado las banderas del cambio constitucional en favor de acuerdos con la derecha.
