A más de una semana de la desaparición de Tomás Bravo, tanto la PDI como Carabineros y personal especial de rescate trabajan incansablemente para dar con su paradero.
Al pequeño de tan solo 3 años se le perdió el rastro el pasado miércoles 17 de febrero, en un sector rural de la comuna de Arauco, en la región del Biobío.
A partir de allí, la fiscalía, hasta el momento, aseguró que maneja cuatro hipótesis respecto a cómo habría desaparecido el menor.
Sin embargo, hace días apareció una vidente, quien hizo noticia por revelar presuntas teorías respecto al caso Tomás Bravo.
Polémica causaron las declaraciones de la mujer, sobre quien se refirió este jueves Estefanía Gutiérrez, la propia madre del pequeño.
En una conversación con el matinal Bienvenidos, la madre de Tomás aseguró que se querellará en contra de ella.
«Muchas videntes decían que (Tomás) estaba en un río, que estaba pidiendo ayuda, que estaba en una quebrada, otro que estaba cerca del mar», expresó Gutiérrez en primera instancia.
Posteriormente, hizo hincapié en la vidente, quien la habría involucrado en una de sus teorías.
Dicho esto, aseguró que «voy a tomar acciones cuando aparezca mi hijo, porque yo sé que va a parecer mi hijo, voy a tomar acciones legales contra esa mujer».
Según se ha informado, Tomás fue visto por última vez el miércoles 17 de febrero cerca de las 19:30 horas en un predio ubicado en un sector rural, en la ruta que une a Lebu con Arauco, en la región del Biobío.
El niño desapareció mientras acompañaba a su tío a buscar unos animales a un campo cercano, actividad que realizaba habitualmente.
Sin embargo, en el camino su tío cuenta que regresó para buscar un animal que se había quedado atrás, dejando al menor esperando, momento en que le perdió el rastro.
Tras percatarse de su desaparición, comenzó a buscarlo, aunque sin resultados, por lo que volvió a la casa para avisar al resto de la familia sobre lo sucedido.
La familia decidió recurrir a Carabineros, ingresando una denuncia por su desaparición a las 21:05 horas del mismo miércoles, es decir, poco más de una hora y media después de que se perdiera el rastro.