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“El país debe hacer un cambio para ponerse al servicio del bien común”

La autoridad universitaria, abordó la contingencia nacional luego del estallido social que comenzó a mediados de octubre y revisó el rol que las instituciones de educación superior pueden aportar en el repensar de Chile hoy.

¿Cuál es el balance que la UCM hace de este periodo?

Los déficits son tremendamente significativos, no solamente para las personas de la tercera edad que se acercan a la edad de jubilación, sino también los salarios mínimos, el acceso a la educación y otras, las que lamentablemente se han dado en la historia de Chile durante mucho tiempo, y no nos hemos dado cuenta o si nos dimos cuenta, esto se normalizó y claramente no resiste más. Se ha ido denunciando, pero lamentablemente se normalizó, y el sufrimiento queda como un elemento cotidiano, pero la sociedad en su conjunto es responsable y una institución de educación superior como la nuestra también. Falló una visión crítica para analizar la realidad del país. 

Por las universidades han pasado los grandes pensadores y jóvenes con ideales que defendieron estos puntos en su momento, pero después con la vida y el individualismo en que vivimos se nos olvida y se nubla la mirada. Esto es un gran desafío como universidad y como sociedad, transformarlo no será sencillo y no pasa, exclusivamente, por decisiones que se tomen hoy, es necesaria una visión de largo plazo con una mirada ciudadana.

¿Qué acciones han definido para abordar la interpelación que la sociedad hace a las instituciones hoy?

La UCM todavía está en un proceso de análisis, se han generado muchos espacios de reflexión que continuarán, pero también junto con eso generamos la invitación a no solo quedarnos en la demanda o la reflexión sobre la denuncia, sino también ahora en la reflexión sobre el anuncio. ¿Qué acciones y elementos concretos estamos haciendo para por ejemplo transformar el modelo económico? ¿Qué parte de la institución que están pensando en este nuevo modelo de sociedad? Otro elemento concreto es cómo financiar estas transformaciones. Esto también pasa por nosotros mismos desde la propia reflexión o qué tan interesados estamos en que nuestra visión prevalezca. El llamado es que seamos capaces de construir una postura colectiva frente a la situación actual.

¿Tras más de 40 días de movilizaciones ¿qué cree usted que es necesario? 

Creo que la gente necesita seguir conversando para entender bien qué es lo que está pasando, pero perfectamente se puede transitar hacia la propuesta y la construcción desde la originalidad. La UCM es una institución católica que tiene un estilo a su base que no tiene por qué ser transformada en su esencia, pero lo importante es cómo esta universidad católica responde a los nuevos tiempos, genera una alternativa y propuesta a lo que hoy se está buscando.

¿Cómo la UCM se compromete con la sociedad y el territorio en lo que está inserta?

El compromiso de la UCM con la sociedad es un elemento concreto, desde sus inicios hemos estado al servicio de la región y sus personas, y cuando ha sido necesario hemos tendido la mano a otras regiones cuando se ha necesitado como, por ejemplo, acompañando el proceso de cierre de universidades, por lo tanto, ese es el espíritu que tiene que prevalecer. 

La pregunta es cómo servimos mejor, cómo somos más exigentes en ese servicio y cómo el espíritu que está dentro de cada uno de nosotros está orientado a ese servicio.

¿Cree que con una nueva Constitución para Chile se alcanzará la transformación necesaria?

Hoy es un tema importantísimo, pero también en lo simbólico que genera el término de una constitución que nació en dictadura. El proceso constituyente en democracia es muy interesante, pero debemos entender que este proceso no soluciona los problemas inmediatamente, genera sin dudas, los referentes claros para poder construir, lo que significa sentar las bases para seguir edificando esta nueva casa que necesitamos hace mucho tiempo. Entre los temas urgentes está el sueldo mínimo y las pensiones de personas más vulnerables. 

Chile debe concentrarse en los que sufren más y tienen menos posibilidades. Deben existir acuerdos políticos en lo económico, porque todas estas decisiones significan rebajas o deudas para financiar todo esto, entonces debemos tener claridad sobre lo que se impactará para que no signifique pérdida de trabajo, por ejemplo, o ver desde dónde se puede ahorrar para contribuir a esto. 

Por otro lado, está la carga impositiva, para ver quiénes pueden pagar más o menos impuestos, el tema de los empresarios por ejemplo en que el 90 por ciento de la evasión se concentra en el 5 por ciento que tiene mayores recursos, una concepción diferente es impulsar una corriente de no evasión en esta nueva perspectiva que implica una nueva manera de pensar más solidaria. No podemos abarcar todo, pero sí elementos que son sustanciales para además generar la fuerza suficiente a nivel de trabajo y económico para sustentar esto. Hoy se produce una situación gravísima relacionada a la violencia y los saqueos, lo que ha producido un impacto terriblemente negativo, muchos pequeños empresarios se han visto afectados y esto no se revierte de la noche a la mañana. Aquí el país debe hacer un cambio para ponerse al servicio del bien común.

¿A qué atribuye que diferentes puntos de tensión social no son destrabados por quienes tienen la responsabilidad de gestionar estos temas en el país? 

Lo que digo creo que es arriesgado, pero esto tiene que ver con el totalitarismo de las ideas. La gente y muchos grupos piensan que tienen la razón y quieren imponerla, pero detrás están modelos de sociedad, políticos, fundamentados en una cierta forma de entender al hombre y nos cuesta muchísimo salir de esa mirada particular para construir una mirada que necesita el país, que sea por sobre todo moral, original y que recoja lo mejor de cada uno, y que esté orientada en lo más urgente, los que más necesitan ahora. Las personas que hacen fila para poder tener un espacio de salud se mueren esperando, esos son temas urgentes que debemos socializar y que de alguna manera tenemos que ser capaces de transformar. Para esto se requiere un espacio de voluntad y de humildad suficiente, a lo mejor la solución no está en mi manera de ver, sino en la del otro. Hoy esta discusión lamentablemente está muy influenciada por la descalificación, mirar con desconfianza al otro porque prima ese interés por ganar algo, esa es la lógica que debemos transformar, una lógica de servicio y no de poder.

Las Ues estatales están solicitando cambiar el modelo de financiamiento de la educación superior para fortalecer la educación pública ¿Cómo ven este tema en las Ues públicas no estatales del G9?

En los últimos años hemos sido testigos de la implementación de diversas reformas en la educación superior, a mi juicio todas pensadas desde la tecnocracia y no necesariamente con el interés de la ciudadanía o una mirada a largo plazo para el país, por lo que junto al beneficio generan un perjuicio. Por ejemplo, la gratuidad que persigue un objetivo muy altruista positivo, no cuenta con los recursos necesario para su financiamiento, a tal punto que las instituciones tenemos que subvencionar la gratuidad generando un escenario complejo, las universidades cada vez pierden más autonomía, todos los proyectos vienen con elementos impositivos sobre qué hacer y cada vez están más limitados los recursos.

 Pero creo que el problema mayor, y me perdonarán mis colegas rectores, no están en la universidad, el problema mayor es para aquel que gana el sueldo más bajo o una pensión de miseria, y si debemos priorizar recursos debemos destinarlos para ese fin. Si miramos a la sociedad en su conjunto sin duda que la manera de transformar o financiar las instituciones de educación superior cumpliría un rol preferente para llegar a más gente y abordar de mejor manera a quienes vienen de sectores vulnerables para contribuir a la regiones, pero aquí debemos hacer esfuerzos significativos, tratar de entender que la educación superior juega un rol reflexivo y crítico importante, pero no solo eso, también la acción y construcción en conjunto con el medio y la sociedad, en eso tenemos un rol que jugar.

¿Tiene fe en que pronto se destrabará el conflicto social en que las instituciones de educación superior de este nuevo Chile?

Tengo fe en el idealismo de las personas, pero ese idealismo tiene que concretarse, pasar por sobre el totalitarismo de las ideas y de pensar que cada uno tiene la verdad absoluta y mi idea tiene que primar sobre el otro, sino al contrario honestamente, pensando en el bien común, reconociendo las originalidades de las instituciones, respetando la vocación de cada una de las instituciones y los individuos, con todos esos elementos creo estaríamos en camino. 

Ninguna solución se dará en el corto plazo, porque hoy debemos sanar un cuerpo y espíritu dañado en nuestro país, por la desconfianza, la violencia, la represión, por lo tanto, tenemos que salir de esta realidad y para hacerlo necesitamos un convencimiento racional, creer racionalmente ya que hoy nos cuesta creer desde la emocionalidad.

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