La reciente polémica por la exigencia de receta médica para la venta de anticonceptivos levantó debate en la opinión pública. Expertos advirtieron que si bien el control y seguimiento en la venta de este método son necesarios (dado antecedentes de problemas de rotulación o y otros), el actual escenario de pandemia por COVID-19 no sería el más apropiado para profundizar la medida.
Aunque la indicación del Instituto de Salud Pública (ISP) fue ajustada y ahora no se limitará la venta, pero el usuario será contactado por el químico farmacéutico del comercio a propósito de mantener la fiscalización, los especialistas reiteran que se deben flexibilizar las condiciones para dar garantías de acceso a la salud sexual y reproductiva.
“Anterior a la pandemia la anticoncepción ya era un problema. Siempre ha habido déficit y está declarado que los adolescentes y jóvenes igualmente tienen dificultades de acceso a la anticoncepción”, apuntó la matrona-docente de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Ana Ramírez, quien citó cifras del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) que refieren que sólo el 50% de los jóvenes ha utilizado un anticonceptivo en su última relación sexual.
La pandemia ha incrementado las dificultades de acceso e inequidad en materia de anticoncepción, puesto que también se trata de un problema económico.
“Estamos hablando de jóvenes que no tienen la capacidad económica de acceder a un profesional, a una matrona o un médico, y también es un problema de acceso, porque sabemos que aun así las consultas particulares han disminuido”, indicó Ramírez, quien detalló que se ha privilegiado la atención para el control de embarazos, partos y lactancia, sobre la anticoncepción y sexualidad.
Según resultado de una encuesta realizada por la Corporación Miles Chile, en junio de 2020, el 74% de las mujeres consultadas había tenido problemas para acceder a métodos anticonceptivos durante la pandemia, ya sea por falta de “stock”, incremento en el precio o que el servicio de salud no estaba entregando el anticonceptivo.
Con la exigencia de recetas médicas los jóvenes que acudirían a comprar el método, se encontrarían con una limitante y no obtendrían ningún tipo de protección.
Es de destacar que en pandemia, sólo el 50% de las consultas atendidas por matronas son embarazos no planificado, según detalla la experta. En el caso de jóvenes, estudiantes universitarias, esto afecta la continuidad de los estudios y cumplimiento de los lapsos preestablecido; incluso puede ocasionas la deserción de la carrera.
EL NECESARIO CONTROL
Ramírez reiteró que las normativas y el Código Sanitario sí explicitan que la venta de anticonceptivos debe ser supervisada. Nos obstante, existía la costumbre de venderlos sin receta médica, a propósito de facilitar el acceso al método, sumado a que en pandemia se han flexibilizado algunas medidas.
“Dadas problemáticas de rotulación y mezcla de placebos con pastillas activas, siempre se recomendará la orientación de especialistas… Hay criterios de elegibilidad que indican las normas de regulación, por eso es que es tan importante una consejería. Ojalá el 100% de las personas que usan anticonceptivos se atendiese con una matrona y un médico, y se les dieran las recetas siguiendo la orientación del especialista, porque sí hay algunas complicaciones que se podrían producir si se utilizan sin un control… Pero en esta pandemia nos hemos preocupado, a través de nuevos protocolos que han ido creándose para flexibilizar el acceso”, comentó.
DESDE LA UNIVERSIDAD
A propósito de brindar orientación en la materia, las matronas-docentes de la carrera Obstetricia y Puericultura de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, han entregado consultoría en salud sexual y reproductiva, de forma gratuita, a estudiantes de la casa de estudios.
Desde 2020 y producto de la pandemia, realizan la atención de manera online desde el perfil @consejeriamatronaua en la red social Instagram, donde igualmente han brindado atención en materia de anticonceptivos, especialmente tras el primer anuncio de la medida.
“Hemos dado una consejería porque se ha descuidado el uso de esta. Los estudiantes que nos han escrito, cuentan que iban al consultorio a buscar el anticonceptivo y ahora, como se fueron a su ciudad de origen o ya no están inscritos en el consultorio, no tienen acceso al anticonceptivo, deben comprarlo y ahí viene la disyuntiva de qué anticonceptivo siguen utilizando”, comentó la matrona.
El grupo de matronas realiza consultas online, bajo total confidencialidad, con el objetivo de orientar a los usuarios entre sus mejores alternativas. A la fecha contabilizan más de 100 atenciones en línea. La consejería entrega a través de esta vía receta virtual, con vigencia aproximada de 6 meses.