Cada 30 de julio se conmemora a nivel internacional el “Día Contra la Trata de Personas”, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en el año 2013.
El tráfico de personas es un grave delito contra los derechos humanos de cada individuo, donde miles de hombres, mujeres y niños son abusados en su país de origen y en el extranjero.
El doctor Felipe Tello, investigador del Centro de Estudios y Gestión Social (Ceges) de la Universidad Autónoma, sede Talca, hizo referencia a los principales casos de trata de personas que se presentan en Chile.
“La trata de personas se utiliza con fines de explotación sexual, trabajo forzado, tráfico de órganos, entre otros. En Chile, los datos señalan que el trabajo forzado y la explotación sexual, son los principales motivos de la trata de personas. Por supuesto, la población migrante -por la condición de vulnerabilidad de muchos de ellos-, son objeto privilegiado de este delito. Aunque la trata de personas también puede ocurrir con personas de un mismo país, no necesariamente con migrantes. En Chile, todos los delitos que se han denunciado sobre trata de personas involucran a la población migrante”, destacó Tello.
Uno de los principales problemas que se presentan en la región, es la explotación laboral que viven los migrantes. La fundación Madre Josefa, presente en el país desde Iquique a Temuco, entrega un importante apoyo a los extranjeros que han sufrido vulneraciones. “Tenemos tres líneas transversales de trabajo en la fundación, estas son, la espiritualidad, la prevención de la trata y la equidad de género. En Iquique se trabaja mucho en la trata de personas, ya que se presenta con mayor fuerza en el norte del país. Nosotros acá en el Maule hacemos más prevención y acompañamos a los migrantes. Para nosotros es fundamental este día porque tenemos muchos conversatorios y seminarios en la red de la Congregación del Buen Pastor, que debido a la pandemia, realizaremos de forma online. Lo que pretendemos a través de estas actividades es reducir la explotación de personas. En nuestro país es muy silencioso, pero se da mucho para fines de explotación sexual, explotación laboral, explotación de niños en el trabajo, embarazos para adopciones ilícitas, entre otros. Hemos tenido varios casos de explotación laboral de mujeres extranjeras en el Maule, de hecho, acompañamos en diferentes ocasiones al Gobierno Regional en brindar apoyo a las personas vulneradas”, afirmó la hermana Sonia Salas, directora de la fundación en Talca.
ESCLAVITUD MODERNA
Dentro de la trata de personas, la esclavitud es uno de los grandes ejes. Por lo general, se piensa que esta problemática se sitúa en la antigüedad, sin embargo, cifras de la Organización de Naciones Unidas, estiman que 2,5 millones de personas están atrapadas en redes de esclavitud moderna, cifra que es analizada por el investigador de la U. Autónoma.
“Se asume que la esclavitud es parte de nuestro pasado y que ésta solo se puede observar en los libros de historia. Sin embargo, existe actualmente un gran número de personas que viven formas modernas de esclavitud, muchos de ellos mujeres y niños, quienes sufren de explotación laboral y/o sexual, entre otras formas de maltrato. Este fenómeno está presente en Latinoamérica y también en nuestro país. En Chile se han denunciado y perseguido delitos de trata de personas, si bien no numerosos, cabe señalar que por lo complejo de este delito, quizás lo que conocemos es sólo una parte del fenómeno que podría ser cuantitativamente mayor. Es más, datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), muestra que el Maule es a nivel nacional, donde más se ha presentado este delito de trata de personas, relacionado con la explotación laboral de población inmigrante”, describió Tello.
Los desafíos que presenta Chile en torno a la migración son múltiples. “Si bien es necesario establecer una legislación que regule la migración extranjera y que permita la integración de los migrantes al país, es fundamental que esta legislación tenga su sustento en los derechos humanos, los que van más allá de una visión restrictiva de la ciudadanía, pues esta busca resguardar -independiente de la nacionalidad- ciertos mínimos de seguridad y dignidad para todos. Es importante también la educación en torno a la diversidad, pues si bien la migración es un desafío, no debería ser vista como un riesgo o un peligro, sino como una oportunidad de conocer y aprehender nuevas ideas y/o concepciones”, finalizó el doctor Felipe Tello.