Este jueves, el jefe de la bancada de diputados de la Democracia Cristiana, Eric Aedo, ingresó un oficio a la Contraloría General de la República (CGR) con el fin de que se investiguen los dichos del ministro secretario general de la Presidencia (Segpres), Giorgio Jackson, en una transmisión en vivo a través de la plataforma Twitch durante la noche del martes.
El diputado acusó al ex líder estudiantil de haber incurrido en un intervencionismo electoral de cara al plebiscito constitucional del 4 de septiembre, «respecto a recibir en la Segpres y en el corazón de La Moneda las propuestas para la reforma del Apruebo».
«(Es) el mayor signo de intervencionismo electoral que me ha tocado ver desde octubre del año 88 en medio de la dictadura», aseguró Aedo.
Parafraseando la polémica tesis de superioridad ética que atribuyó el titular de la Segpres a su generación, el diputado señaló: «Si esa es la escala de valores, igualarse con la dictadura en el intervencionismo electoral, entonces le quiero decir el ministro Jackson que por Dios que está lejos de los valores de los chilenos y chilenas», detalló.
Pese a que tras los comentarios respecto de la «escala de valores» el ministro Jackson ofreció disculpas, el senador oficialista José Miguel Insulza (Partido Socialista) le cerró públicamente la puerta a la posibilidad de confluir en una sola coalición gobernante -como lo propuso el Presidente Gabriel Boric- y advirtió que «estoy orgulloso de mi trayectoria política y a mí nadie me va a decir a estas alturas que tiene superioridad moral sobre mí».
El ex ministro declaró hoy que, a su juicio, «el ministro Jackson cree lo que cree, cree lo que dice, (…) pide excusas, por cierto, porque como él mismo dice tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir gobernando».
«Pero esa es su opinión respecto de sus aliados y, bueno, tenemos que aprender a convivir con eso y no seguir hablando, como lo he hecho yo, de una sola coalición, eso estoy convencido de que terminó de morir el día de ayer», sentenció.
Insulza explicó que «existe aquello que se llama el affectio societatis: o sea, las sociedades que usted amarra sus expectativas, sus políticas con otras personas, están basadas en no solamente en una necesidad utilitaria de trabajar juntos por los mismos ideales. Yo creo que están también basadas en un cierto reconocimiento que el otro comparte algunos ideales y está ahí por buena razón», finalizó.
