La demolición de casas irregulares no se detiene en la región de O’Higgins. A principios de semana ocurrió en Matanzas, en la comuna de Navidad, pero algo similar también sucedió en Pichilemu, donde varias familias fueron desalojadas por construir viviendas ilegalmente en el borde costero del sector.
En la situación está involucrado un exnotario, quien se desempeñaba como conservador de bienes raíces y facilitó la instalación de estas familias en un terreno de uso público, mediante un particular método.
Las autoridades locales creen que a raíz de las bajas mareas, la playa creció y aparecían nuevos territorios, los que eran «descubiertos» por este funcionario.
Entonces, puso un aviso en la notaría en la que trabajaba para que alguien los reclamara.
Si nadie lo hacía, él los inscribía y se presume que ocupaba testaferros o «palos blancos»; es decir, personas que prestaban su nombre para que el mismo notario se quedara con el terreno.
Por su parte, Cristián Pino, alcalde de la comuna aseguró tener identificados más terrenos. «Son de cinco a seis terrenos, por lo menos, pero esto es algo de lo que no tenemos catastro real, porque hay muchos terrenos que no están cercados y cuando empiecen a serlo nos podremos dar cuenta».
«Nuestra responsabilidad es recuperar estos espacios, que no quepa ni la menor duda. Hemos realizado acciones para recuperarlos», señaló la autoridad local, agregando que hay viviendas que pueden ser regularizadas, pero otras «lamentablemente se verán afectadas a lo que pasó en Navidad, con los decretos de desalojo y posterior demolición».
Recientemente, Pino firmó la demolición de una cabaña familiar cuya instalación fue denunciada en 2020 y nunca se regularizó a posterioridad, lo que afectó a un residente cercano que tenía todos los permisos de edificación.
«Nadie quedó en la calle, eso es importante. No es que una familia quedó en la calle. Nos dimos el tiempo de informar y notificar, los ayudamos a sacar las cosas», enfatizó.
Añadió que, «Acá hay muchos sectores en los que se ha construido sin permisos de edificación y después vienen las demandas del agua, del aseo, de las luminarias, de las veredas. Nos estamos haciendo cargo de un problema de años», cerró.