Peligrosas fugas de niñas desde un hogar del Sename, estarían vinculadas a una red de explotación sexual y abuso de menores en la comuna de La Pintana.
La investigación del equipo de Misión Encubierta se inicia con la denuncia de distintas familiares, cuyas hermanas e hijas estarían siendo vulneradas tanto dentro como fuera del hogar de dicha comuna.
Son los vecinos que denuncian que cada día se ven situaciones extrañas con los niños que están al cuidado del Servicio Nacional de Menores.
«Llevamos cinco años acá y siempre se han visto cosas extrañas. Gente adulta que viene a buscar a las niñas», cuenta César, testigo de los hechos.
Se desconoce si son familiares, ya que gran parte de las «visitas» son en medio de la noche. «Es de siempre que se escapan. Es abuso contra las niñas», asegura.
Esto surgió con la denuncia de un hermano de dos niñas que están al cuidado de un recinto del Sename en La Pintana, luego de que le contara un traumático hecho vivido en Maipú.
De acuerdo al relato, participó de una fuga con otros menores pero acabaron en un domicilio lleno de hombres mayores de edad, donde les pedían fotografías íntimas.
«Mi hermana estaba asustada porque hubo balazos en el lugar. Se consiguió un teléfono para llamarme y pedirme que la fuera a buscar«, cuenta. «Mi hermana está en peligro».
Una madre perdió la custodia de sus hijas luego de que el Estado señalara que no estaba apta para tenerlas. Ella fue víctima de violencia intrafamiliar, cayendo en una severa depresión.
A cuatro años, asegura estar capacitada de recuperar a sus hijas y pide urgencia, debido a estos hechos que se han repetido en La Pintana. «Están expuestas a violaciones y maltratos. Están abusando de los más pequeños«, cuenta y aseguran que en los mismos hogares existen abusos sexuales.
Asegura que hay hombres mayores que incitan a las niñas del Sename a sacarse fotos íntimas, las que prontamente son subidas a Instagram y vendidas como «pack» a través de redes sociales.
El crudo relato comienza con la menor de 12 años diciendo que se había fugado del hogar y que estuvo en ese hogar, donde milagrosamente nadie la abusó.
«Habían hartos caballeros y estaban drogándose», relata. «Hay una niña que tiene 17 años, ella se ponía en mi cama y me tocaba. A mí no me gustaba y me pedía que no le contara a nadie«.
En el mismo hogar, los que son mayores de edad, incitan y maltratan a los menores para sacarles fotografías, abusar de ellos e incluso pegarles cuando estos no hacen lo que ellos les piden.
Uno de los hechos que preocupa y es el uso de teléfonos celulares dentro de los recintos, los mismos que serían utilizados para coordinar las fugas y encuentro con los mayores.
No conforme con ello, también serían utilizados para la toma de fotografías, las que luego serían comercializadas por redes sociales.
«Cuando existe esta falta de cuidado, se empiezan a producri estas relaciones abusivas, como redes de explotación sexual. No entran a los hogares físicamente, sino que por celulares y otras personas», detalla Branislav Marelic, autor de informe «Misión de observación de centro residenciales de la red Sename».
«Esas redes operan alrededeor de estas residencias y explotan a las niñas. Eso no tiene que ver con el Estado, pero sí existe una responsabilidad por no pararlo«, complementa.
En tanto, asegura que el mismo criterio que utiliza una familia para controlar el uso de celulares en un menor de edad, debería ser utilizado en estas residencias.
«Estos hogares deberían cuidar mejor a los niños que la familia de origen«, concluye Marelic
