Durante el periodo de vacaciones que ya nos deja, comúnmente se abandonan algunos hábitos adquiridos durante la etapa escolar, los que no son fáciles de retomar al inicio de cada año académico. En este sentido, los padres juegan un rol clave en la adecuada adaptación, y es por ello que Mario Sánchez, director de la escuela de Pedagogía en Educación General Básica con Mención de la U. Católica del Maule (UCM) Campus Curicó, nos entrega algunas consideraciones que pueden facilitar esta difícil tarea.
- Ayudar a adquirir y controlar gradualmente los horarios que correspondan, acostándose más temprano, para poder levantarse y trasladarse a sus escuelas oportunamente.
- Hacer partícipes a los hijos e hijas en poner nombres a sus cuadernos, preparar los útiles y ordenar su uniforme y mochila, lo cual les ayuda a tomar conciencia de la responsabilidad que les espera.
- Comentar y fomentar una actitud positiva con respecto a la vuelta a clases, donde se pueden desarrollar habilidades y competencias que lo harán crecer en lo personal, conocer nuevos pares o profesores, y las oportunidades que ello puede generar.
- Poner atención a una adecuada alimentación y horario de la misma, que permitan entregar la energía necesaria para enfrentar los desafíos escolares.
- Preguntar cada día por lo realizado en la escuela mostrando interés por lo que los niños y niñas viven en los establecimientos educacionales.
- Relatar situaciones agradables que como niños o niñas los padres vivieron en su época de escolares y comparándolas con experiencias que viven sus hijos o hijas.
7.- Realizar horarios de clases y colocarlos en lugar visible para los hijos y padres.
8.-Definir espacios de trabajo y horarios que faciliten los hábitos de estudios diario.
9.- Permitir periodos y acciones recreativas de niños y niñas que permitan el relajo después de la jornada.
10.- Estimular la necesidad de trabajar con respeto por sus profesores y compañeros y la responsabilidad que cada estudiante tiene por aprender y desarrollarse integralmente.
No olvidar: La familia es siempre la principal responsable de la educación de sus hijos e hijas, lo que exige estar atentos al proceso educativo y la colaboración que debe existir con sus profesores y otros apoderados.
