“Lo que el proyecto buscó fue estudiar el potencial enológico de variedades blancas presentes en la Región del Maule, con énfasis en la variedad blanca ovoide, elaborar vinos con ellas y establecer los protocolos de elaboración”, señaló la investigadora y enóloga del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) Raihuén, Irina Díaz, ante unos sesenta profesionales del sector vitivinícola local al término de un seminario en el que se destacaron las potencialidades de las cepas blancas viníferas existentes en el Maule.
La investigadora, junto al enólogo y consultor internacional uruguayo, Alejandro Cardozo, fueron los únicos expositores del seminario con el que finalizó el proyecto “Elaboración de vinos blancos de cepas no tradicionales en la Provincia de Cauquenes” que por algo más de tres años ejecutó el INIA con el apoyo de la Cooperativa Vitivinícola Loncomilla y el financiamiento del Gobierno Regional del Maule.
Irina Díaz indicó que el proyecto tuvo por objetivo valorizar las uvas blancas producidas en condición de secano y destinarlas a la elaboración de espumantes, dada la gran demanda nacional e internacional existente por este tipo de vino.
Sin duda, el aspecto más destacado que resaltaron Díaz y Cardozo, fue el tipo de uvas empleadas en la elaboración de los espumantes. Se trató de uvas seleccionadas y cosechadas desde 2015, de los campos ubicados en Sauzal, en las inmediaciones de Cauquenes.
Desde ese momento, el equipo conformado por Díaz, Cardozo y la enóloga de la Cooperativa Loncomilla, Carolina Bustamante, trabajó con uvas Blanca Ovoide, que en el marco del proyecto fue descrita como una cepa criolla por el investigador de INIA Patricio Hinrichsen.
MARCA OVO
Como resultado, el proyecto generó un espumante único en Chile que la Cooperativa Loncomilla, encargada de la producción comercial, presentó bajo la marca OVO. Este nuevo producto irá en directo beneficio de los 100 pequeños productores socios de la cooperativa, pertenecientes a la zona del secano de Cauquenes y San Javier y que cultivan cepas que forman parte del patrimonio vitivinícola nacional.
El seminario, que contó también con la presentación de la Coordinadora del Programa de Mejoramiento del Consorcio Vinos de Chile, Alejandra Soto, respecto de los avances en investigación y desarrollo de la entidad, concluyó con una degustación de tres espumantes, un rosado y dos blancos, generados a partir de la cepa Blanca Ovoide.
Cabe mencionar que este proyecto es la tercera iniciativa conjunta entre INIA y la Cooperativa Loncomilla, ya que en años anteriores y con la finalidad de potenciar la cepa País, se generó la línea de vinos País Mágico e Invicto, el primer vino desalcoholizado de Chile, todos liderados por la enóloga Irina Díaz.