El oficialismo se prepara para enfrentar la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores regionales, buscando evitar que se conviertan en un “plebiscito” sobre la gestión del Gobierno. La segunda vuelta, que se llevará a cabo el 24 de noviembre en 11 de las 16 regiones del país, se perfila como un enfrentamiento entre las fuerzas de izquierda y derecha, especialmente en la Región Metropolitana, donde se enfrentarán Claudio Orrego y Francisco Orrego.
Con las campañas en marcha, algunos anticipan que los resultados podrían repercutir en el Ejecutivo, especialmente si los candidatos presidenciales de cada sector deciden involucrarse en la campaña o si un voto de castigo hacia el Gobierno impulsa las preferencias hacia la derecha.
Claudio Orrego, actual gobernador de la Región Metropolitana, ha sido considerado una posible figura presidencial dentro del Socialismo Democrático. Sin embargo, la posibilidad de que sea un candidato natural para La Moneda se ha debilitado tras no lograr imponerse en primera vuelta sobre su contendor de Chile Vamos. En respuesta a los resultados, ambos candidatos comenzaron el día posterior a las elecciones reuniéndose con autoridades electas de sus respectivos sectores.
Francisco Orrego declaró: “Hay dos proyectos distintos: un proyecto que representamos nosotros, que venimos del mundo de las oposiciones, no solamente de la derecha. Y hay un mundo que viene del oficialismo, que lidera Gabriel Boric, cuyo candidato es Claudio Orrego, apoyado por el Partido Comunista y el Frente Amplio. La ciudadanía tiene que decidir”.
Por su parte, Claudio Orrego destacó la relevancia de la elección para la Región Metropolitana, señalando que “Santiago es la región más grande de Chile, la más desigual, con 8 millones de personas, enormes potencialidades, pero también grandes problemas: la inseguridad, la desigualdad y la emergencia climática”. Agregó que “para enfrentar estos desafíos, se requiere un liderazgo que entienda el cargo como una dirección que trabaje con todos y todas. Queremos un gobernador que construya puentes, no trincheras, que pueda trabajar con todos, sin importar su color político, y que tenga experiencia en gestionar bien los recursos públicos para transformar la realidad”.
Desde el oficialismo, algunos rechazan la idea de convertir esta segunda vuelta en un juicio sobre el Gobierno. La ministra de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo, señaló: “Ha sido frecuente que algunos sectores intenten convertir cada elección en un plebiscito sobre el Gobierno, pero la realidad es más compleja. La ciudadanía es quien finalmente decide cuáles son las autoridades que mejor representan su proyecto para su comuna o región”.
Vallejo añadió que “la ciudadanía decidirá sin perjuicio de que, como hemos dicho, ya tenemos un resultado a nivel nacional que entrega cierta certeza”. En este sentido, recordó que “solo en cinco regiones los candidatos o candidatas ganaron en primera vuelta: cuatro del mundo progresista y uno del mundo de la derecha”.
Por su parte, el presidente del PPD, Jaime Quintana, comentó: “Es probable que algunos intenten hacer de esto un plebiscito, como intentaron hacerlo en esta elección viendo cuánto el factor Monsalve podía influir. Quizás en los márgenes lo hizo, pero en los márgenes. Al final, lo que vemos es que hay bloques homogéneos que reflejan la preferencia ciudadana”. Agregó que, en su opinión, “Claudio Orrego tiene la fortaleza de su gestión y no necesariamente esto se traducirá en una disputa entre gobierno y oposición”.
Flavia Torrealba, presidenta de la Federación Regionalista Verde Social, coincidió en que “no hay plebiscito en las elecciones de gobernadores. Estas elecciones tienen un perfil complejo. La gente no suele tener clara la función de un gobernador, por lo que no atribuiría ese significado a esta elección”.