El brutal crimen se produjo el 1 de noviembre de 2020 en la ciudad de Talca, luego de conocerse el femicidio de Lhysbet Ureta, una joven de 20 años que fue asesinada por su pareja.
Durante la reciente semana el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de la Capital de la Región del Maule condenó a Manuel Ávila, expareja de la víctima, a la pena de presidio perpetuo simple como autor del delito de femicidio, por lo que deberá cumplir 20 años de cárcel.
Dos años y medio tuvieron que pasar para que Manuel Ávila, el autor del femicidio de Lhysbet Ureta, fuera condenado.
La joven fue asesinada por su expareja el 1 de noviembre de 2020 en la ciudad de Talca. Él mismo fue quien llamó a la policía para decir que la mujer de 20 años había llegado su casa agonizando tras una golpiza. Pero algo no calzó en su relato, un cabo suelto que permitió descubrir que Ávila era el verdadero asesino.
20 años de cárcel que se suman a otras dos condenas por otros delitos anteriores, como tenencia de arma de fuego y homicidio frustrado. En total serán 33 años privado de libertad.
Aunque la fiscalía pedía una cadena perpetua calificada, el tribunal determinó menos años. La defensa de Ávila había solicitado una condena aún más baja por el crimen.
José Luis González, Fiscal adjunto de Talca explicó que “intentó por diferentes vías tener una pena menor, como señalar que tenía problemas mentales, para tener una pena mucho menor, lo que fue desechado”.
Asimismo, añadió que la defensa “también hizo declarar al imputado y reconocer el delito, para solicitar colaboración. Todas esas son atenuantes que obligaban al tribunal a una pena menor, pero fueron rechazadas”.
Gracias a las pericias realizadas, se logró saber qué pasó con la joven, cómo murió, y cuánto tiempo había transcurrido desde el crimen.
La condena fue dictada, 33 años de cárcel que no dejan del todo conforme a la madre de la joven, a la defensa de Ávila, al parecer tampoco. Pedir la anulación del juicio, o apelar al fallo del tribunal, son las opciones que maneja.
Los años de espera podrían quedar en el aire, es el riesgo de apelar o pedir las nulidades (de ser consideradas). Una espera que Macarena, madre de Lhysbet comparte con otras, cuyas hijas también han sido víctima de la violencia de género.
