Continuando con el compromiso que tiene la Universidad Católica del Maule (UCM) con la salud, aportando profesionales altamente capacitados y con un marcado sello valórico, la casa de estudios graduó a 104 nuevos enfermeros, en sus sedes de Talca y Curicó.
El papel que juegan en el mundo actual es clave, por lo que contar con profesionales de excelencia, que sean capaces de dar respuestas acertadas y soluciones creativas a las necesidades de las personas que están sufriendo, es una responsabilidad adquirida por la Facultad de Salud de la UCM desde su creación.
Por ello, el que se titulen más de 100 nuevos enfermeros, quienes se integrarán a las diferentes instituciones de salud de la región y el país, es motivo de felicidad y orgullo para el plantel, tal como lo reflejó la directora de la escuela de Enfermería de Talca, Ana Jara.
“Como cuerpo académico, tenemos la convicción de que han logrado transformarse en profesionales de excelencia, con sólidos conocimientos científico-humanistas, con una visión crítica y constructiva de la sociedad en la que vivimos, con espíritu emprendedor, basando su quehacer en principios éticos cristianos”, indicó.
De igual forma, la directora de Enfermería de Curicó, Yesica Benavides, también valoró el trabajo que por años desarrolla la UCM en la formación de profesionales, señalando que “los mejores estudiantes de nuestra provincia están aquí, y hoy son enfermeros. Los números y estadísticas, predicen que serán exitosos en sus labores, debiendo sacar el máximo provecho de las oportunidades”, dijo.
EL VALOR DE LA ALTA EXIGENCIA
En los discursos de ambas graduaciones, los recién titulados resaltaron el esfuerzo que debieron colocar, para lograr obtener su ansiado título profesional.
Por ejemplo, el nuevo enfermero Erwin Carrasco, al dirigirse a los asistentes, comentó que “nuestros profesores nos exigieron mucho, pero luego reflexionando aprendías que esas exigencias, nos hacían obtener lo mejor de nosotros y darnos cuenta realmente de lo que somos capaces de hacer. Gracias por enseñarnos el arte y por el ambiente vivido, ya que en la escuela somos muy poquita gente, pero eso nos ha beneficiado a todos, porque nos hemos sentido aquí́ como una gran familia”.
En Curicó en tanto, el discurso quedó en manos de Felipe Sepúlveda, quien valoró lo aprendido en los diversos campos clínicos que dispone la UCM.
“El ser internos significó un cambio radical para nuestra rutina universitaria, el pasar de un sistema de prácticas supervisadas a llegar a un hospital, consultorio o CESFAM, como un elemento integrante más del equipo clínico. El sentirnos parte importante de la atención que se les entrega a los pacientes, nos hizo valorar aún más la enseñanza recibida.
Finalmente, Sepúlveda reflexionó que “las herramientas indispensables que nos dio nuestra universidad, nos permitieron desarrollarnos exitosamente en nuestros diferentes campos clínicos, entregando siempre lo mejor de nosotros en pos de la salud de la población atendida”, finalizó.