Integrantes de un equipo de investigación del Centro Tecnológico del Álamo (CTA) de la Universidad de Talca (Utalca) establecieron que existen variables, derivadas de las que se ocupan para diagnosticar el grado de contaminación del aire, que son más determinantes que otras. Esto es un aporte para el modelo predictivo que actualmente se usa para declarar alertas ambientales.
La velocidad del viento, la humedad relativa, el rango en temperatura (mínimo y máximo), más que la temperatura en su promedio diario, son fundamentales para determinar el grado de contaminación de la ciudad.
Respecto a la temperatura, los investigadores determinaron que, cuando hay un rango de variación muy amplio dentro del día, aumentan los índices de contaminación, debido a un enclaustramiento de las partículas.
El objetivo del grupo de académicos es reducir los graves índices de contaminación que Talca y otras ciudades de la región presentan en invierno. Este estudio se enmarca en el grupo de trabajo de un proyecto FIC-R sobre recuperación y tratamiento de residuos agrícolas para la elaboración de pellets y briquetas para calefacción.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Atmospheric Environment, de alto impacto dentro de la comunidad científica.
En el paper se indica que el nivel de material particulado fino durante el invierno en ciudades del valle central de Chile es mucho mayor al que existe en países europeos desarrollados.
Según Marco Yáñez, autor principal del artículo, “Talca se encuentra entre las ciudades más contaminadas de Latinoamérica”.
De ahí que determinar un modelo más efectivo en la predicción de las alertas ambientales, podría representar mejoras en la salud pública, pues el 41% de los habitantes del país se encuentra bajo la influencia de la contaminación, según los expertos.
Yáñez observó que cuando las condiciones naturales dificultan solucionar el problema, deben intervenir factores humanos y, en ese contexto, valoró las medidas implementadas a nivel gubernamental como recambio de estufas y sistemas de alerta, pero a su juicio son aún insuficientes. “Falta conciencia en la ciudadanía y más control e imponer las normas”, enfatizó.
Los investigadores sugirieron cinco medidas para generar cambios favorables a corto, mediano y largo plazo, entre las que se incluyen el señalado recambio de estufas, la restricción de quemas agrícolas, educar a la comunidad sobre el uso de la leña, aumentar la investigación en calidad del aire en ciudades de regiones y “aplicar la investigación generada que logra reconocer nuevas consideraciones a la hora de determinar alertas ambientas y estados de la calidad del aire”, finalizó Yáñez.