Economistas se alinean con la proyección de crecimiento que tiene el Banco Central al cierre de 2024, apostando que el PIB de Chile en el balance de fin de año será de un modesto 2,3%, la cifra más baja en los últimos 30 años.
Asimismo, apuntan al escenario inflacionario proyectado para 2025, las presiones externas y la necesidad de impulsar la agenda económica. De lo contrario, las cifras para el próximo año podrían ser más desalentadoras que las que observamos en 2024.
Después de una serie de correcciones en lo que fue este 2024, un 2,4% es la proyección del Gobierno y un 2,3% la del Banco Central en materia de crecimiento para el año que se nos va. Aun así, es la cifra más baja en la historia de nuestro país en los últimos 30 años.
Un dato que se ubica en el rango más bajo de las perspectivas del instituto emisor que son entre un 2,25 a un 2,75% este año.
Sin embargo, tal como se refleja en el último Informe de Política Monetaria (IPoM), aun en un escenario preliminar, las perspectivas no son mejores, con un crecimiento alrededor del 2% para 2025. No es peor de lo que se esperaba, pero sigue siendo débil.
Esto dependerá de varios factores como la demanda interna, y por supuesto el comportamiento de los mercados internacionales, tan presentes en el último tiempo.
En el plano local, Rodrigo Caputo, académico de la Facultad de Administración y Economía de la Usach, opinó que dependerá de lo que implemente el Banco Central.
“La política fiscal ha mostrado ya bastante responsabilidad en términos de no generar presiones adicionales de gasto, y eso implicaría que el Banco Central chileno puede seguir el ritmo de normalización de tasas, es decir, puede seguir bajando las tasas y eso va a tener efectos positivos, eventualmente sobre la demanda agregada que podrían apuntalar al crecimiento”, indicó.