Durante la semana pasada desde Argentina, el expresidente Sebastián Piñera acusó que, en el contexto del estallido social, su gobierno sufrió un “golpe de Estado no tradicional”.
Según el exmandatario, se buscó “debilitar las bases mismas de la democracia” a través de la violencia y que, en la oportunidad, estaban “dispuestos a destruirlo y quemarlo todo”.
“Esa violencia le causó un daño gigantesco a nuestra sociedad y desgraciadamente hubo algunos sectores de nuestro país que la toleraron, la ampararon, la protegieron, la motivaron y eso no hay que permitirlo nunca”, agregó.
Los dichos de Piñera fueron respaldados por el exdirector del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco.
“A partir del 18 de octubre, ciertos actores políticos y sociales, a través de acciones directas, rápidas y violentas, quisieron apoderarse del gobierno”, escribió a través de redes sociales.
Citando al sociólogo Juan Linz, Micco agregó que “muchos de los actores probablemente no son conscientes o no pretenden las consecuencias fatales” o “estaban equivocados en su análisis de la situación”.
A continuación, el también expresidente de Amarillos por Chile escribió: “Por insensato que sea un solo intento de golpe, eso no le quita la calidad de tal”.
Finalmente, Micco tuiteó que “la unanimidad del consejo del INDH, en su informe anual del 2019, condenó la violencia (capitulo segundo) y las violaciones a los derechos humanos (capitulo 3)”.
“Mi condena hoy a la violencia de esos días no debiera sorprender a nadie. El informe está en la web del INDH”, concluyó.