Esta tarde debía ingresar al Senado una reforma de senadores de la Democracia Cristiana, apoyados por un senador socialista, para establecer mecanismos de continuidad del proceso constitucional en caso de que gane el Rechazo. El Gobierno mantiene que el camino post plebiscito ya está delimitado por la Constitución actual y se abre a tener una discusión sobre la fórmula, pero después de ese clave 4 de septiembre.
Para las 16:00 horas de este martes estaba pactado que senadores de la Democracia Cristiana, apoyados por el senado socialista Fidel Espinoza, presentaran un proyecto de ley con el cual buscan definir antes del plebiscito mecanismos de continuidad del proceso constituyente, en caso que gane el Rechazo.
En concreto se trata de una reforma impulsada por los senadores Matías Walker y Ximena Rincón al artículo 142 de la Constitución vigente.
El texto propuesto dice que el Presidente enviará en 15 días al Congreso un proyecto de reforma para definir democráticamente cuáles serán los mecanismos paritarios y de continuación del proceso para elaborar una nueva Constitución.
Uno de los elementos que causa molestia en las huestes oficialistas es que este también fija un plazo de 30 días desde su ingreso para que se tramite y despache a ley, es decir, de aquí al 2 de septiembre, dos días antes del plebiscito.
Así, de ver la luz, un sector de la DC quiere anticipar antes del referendo qué hacer ante una caída del Apruebo en las urnas. Sumado a eso se apunta a “liberar” a quienes quieran votar Rechazo.
Walker, presidente de la Comisión de Constitución, adelantó que los democratacristianos por el Rechazo seguirán liderando este tipo de propuestas.
El ministro Segpres Giorgio Jackson estaba en la comisión y consultado por esta idea reiteró el mensaje del presidente Gabriel Boric: que para La Moneda la hoja de ruta está dentro del artículo que se quiere modificar y que cualquier proceso constituyente “2.0” debe realizarse con una nueva Convención Constitucional tras el 4 de septiembre.
En el oficialismo quedaron varios incómodos con la decisión de Espinoza de apoyar la idea de parte de la DC, una postura personal y que no representa a la bancada. En el Congreso se interpretó el acto como una señal que Espinoza parece no ser un legislador oficialista.
Su par, Gastón Saavedra, reconoció que el PS no es un regimiento, pero también dejó claro que Espinoza actuó solo. En definitiva la molestia pasa por querer afinar un plan B a días del plebiscito y cuando el Rechazo – de acuerdo a los sondeos de opinión – sigue por sobre el Apruebo.
