Más de 20 años en la producción de vinos y chicha tiene el productor Cristian Guzmán, del sector de Rincón de Mellado en la comuna de Sagrada Familia. Partió con una sociedad familiar, conformada por 10 socios. Con el tiempo, muchos se quisieron independizar y eso fue acabando el entusiasmo por la bodega asociativa que compartían.
El año pasado la sociedad llegó a su fin, pero Cristian decidió continuar el negocio y adquirió la bodega con todo su equipamiento, con capacidad para 16 mil litros de vino.
Cristian es usuario del Programa Prodesal de INDAP y a su famosa chicha y vinos artesanales, con el apoyo de INDAP sumó la temporada pasada una máquina para la elaboración de su espumante “Rinconcito”.
“Hace algunos años que ya se puso de moda y la idea de hacer mi propio espumante nació como una manera de activar esta bodega después de fiestas patrias. Pensé en contar con una máquina para hacer este trago, que funciona bien en el verano, para no dejar cerrada la bodega. Por intermedio de INDAP postulé a esta máquina para elaborar el espumante y unas cubas para almacenar el producto. Lo vendo acá en la zona y también está saliendo a Santiago. Y eso a mí me pone muy feliz”, señala Guzmán.
Este pequeño emprendedor es productor de uva, pero también la compra a otros productores de la zona. Hoy trabaja junto a su esposa y en la temporada de elaboración de sus brebajes da trabajo a otras 3 personas, además de quienes laboran en la vendimia.
Cristian participa activamente en las ferias campesinas apoyadas por INDAP, donde asegura, siempre ha tenido mucho éxito lo que le ha permitido abrir puertas para sus productos. Por eso agradece el apoyo de la institución en las distintas fases de su emprendimiento.
“Para mí el apoyo de INDAP siempre ha sido muy bueno, las veces que he necesitado su ayuda he tenido siempre las puertas abiertas, lo mismo que en Prodesal”, enfatiza.
En su bodega “La Pica del Nego”, Cristian elabora y vende sus productos. “Para mi llenar una botella, ponerle el corcho y la etiqueta, con cualquier producto que tengo, me hace feliz, la venda o no, porque sé que cuando uno hace un producto de calidad lo va a vender. Por algo son 20 años de sacrificio y trabajo, nadie me ha dado nada, todo es sacrificio y trabajo, es empeño, yo creo todo lo logramos si le ponemos empeño”, concluye.