La actividad fue liderada por el director regional del SAG en el Maule, Luis Fernando Pinochet, quien junto a funcionarios del programa de Recursos Naturales Renovables, trasladaron hasta Santiago las muestras congeladas que fueron entregadas a personal del museo nacional.
4 loros tricahue, 1 zorro, 1 garza cuca, 1 gato colo colo, 3 lechuzas blancas, 1 nuco, 1 cormorán, 1 pudú, 1 quique, 1 culebra cola larga, 1 gallina ciega y 1 chuncho fueron los ejemplares donados, los cuales servirán para labores de investigación científica.
“Para nuestro Servicio esta es una actividad muy significativa ya que forma parte de las labores de conservación que hacemos en el programa de recursos naturales, específicamente en lo que es fauna silvestre protegida. Si bien estos ejemplares fueron rescatados muertos por nuestros equipos, quisimos de todas maneras contribuir a la investigación de estas especies y donarlas al Museo de Historia Natural, ya que muchas de ellas se encuentra en peligro su conservación”, señaló el director regional del SAG.
Por su parte, funcionarios del Museo Nacional recibieron muy contentos estos especímenes ya que es muy relevante contar con este tipo de ejemplares los cuales permitirán realizar estudios e investigación; así lo señaló Cristián Becker, jefe científico del Museo Nacional de Historia Natural; “son especies que son protegidas muy difíciles de conseguir, aportan al conocimiento científico de nuestras colecciones y algunas de ellas podrán servir para el área de exhibición donde se hace la difusión del patrimonio tanto natural como cultural; por lo tanto, cuando recibimos donaciones de organismos técnicos – como en este caso es el SAG – sabemos que la especie que se está entregando es la que corresponde, lo cual nos ayuda a mejorar nuestras colecciones”, indicó.
Javiera Leiva, Administradora de Colecciones del área de zoología vertebrados del Museo de Historia Natural detalló el importante trabajo que se realiza con las especies una vez ingresadas al museo, piezas que son todas muy bien cuidadas por quienes desarrollan esta labor; “al recibir los ejemplares se eligen distintos destinos dependiendo de la información que se tenga; por ejemplo la fecha, el lugar y quien lo colectó; si contamos con esa información los ejemplares pasan directamente a la colección del museo; y acá lo que se deja para estudio son las pieles para mediciones, muestras de pelo, y los esqueletos que también servirán para distintos estudios morfológicos; también dejamos muestras de músculos y grasa que nos permitirán obtener información sobre ADN”.
Cabe destacar que cualquier persona que encuentre algún especímen muerto de fauna silvestre y que cumpla con las condiciones descritas por la investigadora puede donarlo al Museo de Historia Natural para que forme parte de las colecciones o para investigación.
