El candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, anunció que de llegar al Gobierno derogará el préstamo forzado de los trabajadores al Estado, establecido en la reforma previsional, mientras que el timonel del partido, Arturo Squella, anunció que les pasarán la cuenta en las elecciones de noviembre a la centroderecha.
En su cuenta de X, Kast señaló: «Está claro quienes celebraron la aprobación de esta reforma de pensiones. La izquierda celebra que les aprobaron un préstamo con cargo a todos trabajadores. Con ese 1,5% que le quitan a quienes dicen defender se financiarán ellos, sus amigos y sus parientes».
«Nosotros desde el Partido Republicano nos comprometemos a devolver esos recursos a cada una de las personas a quienes se lo descuenten. Lo haremos con cargo a los miles de operadores políticos enquistados, por la misma izquierda, en el Estado y que vamos a finiquitar a partir del 11/03/26», añadió en referencia a un eventual gobierno de su partido.
«La aprobación de esta mala reforma de pensiones es una pésima noticia para Chile porque les quita a los trabajadores uno de sus bienes más preciados: el derecho a la propiedad sobre sus ahorros. Hay que mejorar las pensiones, pero no a cualquier costo», enfatizó.
Añadiendo que, «los Republicanos seguiremos defendiendo los ahorros de los chilenos y desde hoy mismo, vamos a trabajar para liderar el próximo Gobierno y alcanzar una mayoría parlamentaria que permita derogar el préstamo forzado al Estado y el porcentaje de reparto que se aprobó hoy».
«El derecho de propiedad y los ahorros de los chilenos se defienden y aunque seamos los únicos, los Republicanos vamos a seguir defendiendo el ahorro de los chilenos y vamos a revertir los malos acuerdos que afectarán a los chilenos», concluyó.
También en su cuenta de X, Squella expresó que «la celebración de la izquierda es obvia: crece el estado, se debilita la propiedad de trabajadores, se hacen de recursos frescos para más ideología y empieza el control de las pensiones por parte de políticos de turno».
«Por el otro lado, partidos autopercibidos de derecha profundizan su inconsistencia y aceleran su total desdibujamiento. Probablemente antes que el sistema colapse, esos partidos ya no existirán y no habrá a quién ir a golpearle la puerta. La cuenta se pasa en noviembre», concluyó.
