La Fiscalía Centro Norte se encuentra investigando todas las actividades que desplegó el exsubsecretario de Interior, Manuel Monsalve, previo a la denuncia por violación presentada en su contra.
A la revisión de las cámaras del Hotel Panamericano y el restaurante Ají Seco, ahora se suma la incautación de registros audiovisuales que hace la Municipalidad de Santiago. Para hacerse de los dispositivos, personal de Inteligencia simuló estar indagando un secuestro en la capital.
Fue la noche del 11 de octubre que personal de la PDI se constituyó en la central de cámaras de la Municipalidad de Santiago.
¿El objetivo? según dijeron los policías a personal de seguridad de la entidad era hacerse de imágenes de distintas calles del casco histórico de la capital porque -aseguraron-, estaban investigando un delito de secuestro.
Como los protocolos de colaboración con causas penales se llevaron al pie de la letra, los funcionarios municipales entregaron los registros que requeridos por los detectives: grabaciones de diversas calles cercanas a Mac-Iver, Teatinos, Monjitas, Huérfanos, Morandé etc. Todas de la tarde noche del 22 de septiembre.
Tal y como ha podido reconstruir La Tercera, dicha diligencia fue una más que desplegó el ahora exsubsecretario Manuel Monsalve tras invocar la Ley de Inteligencia. La otrora autoridad, y jefe de las policías, instruyó a la jefa de Inteligencia Cristina Vilches, quien fue llamada a retiro este jueves debido a “imprudencias” en este caso, a realizar pesquisas, ya que -según dijo el exdiputado-, creía que había sido drogado y que sería víctima de extorsión tras acudir con una funcionaria de la Subsecretaría al restaurante Ají Seco Místico la tarde del 23 de septiembre.
Fuentes de la PDI aseguran que Monsalve les mintió y activó un operativo de inteligencia ocultando la inminente denuncia por violación que días después, el 14 de octubre, le haría su subalterna.
De hecho, Vilches declaró ante el fiscal Xavier Armendáriz que ese mismo viernes 11 ella, junto a personal especialista, revisaron el celular del entonces subsecretario para descartar que hubiera sido clonado, en base a lo que él les había contado.
Fue ahí donde el Ministerio Público se enteró que el móvil que voluntariamente el imputado había entregado el martes 15 de octubre, un día después de abierta la indagatoria en su contra, tenía un chip distinto al que solía ocupar como autoridad de La Moneda. Esto, llevó a que la PDI lo allanara y encontrara otros dos teléfonos en su poder.
Un supuesto rapto
Esta semana en la cautela de garantías que hubo en el caso judicial que complica a Monsalve, por primera vez el fiscal Armendáriz se refirió a lo que estaban investigando y apuntó a las gestiones previas que desplegó la autoridad.
“Hubo una actividad previa en cuanto el imputado, aprovechándose de su condición y del tipo de funcionario público y que tenía contacto con la Policía de Investigaciones, pidió llevar adelante diligencias para buscar antecedentes de cámaras respecto del 22 al 23 de septiembre”, sostuvo.
Para justificar que se mantuviera la reserva de algunas piezas investigativas, el Ministerio Público dijo al juez Ponciano Sallés que existían revisiones de cámaras de personal de Inteligencia del Hotel Panamericano, en que alojaba Monsalve, y en el restaurante en cuestión.
Además de trayectos. Lo que no se sabía, hasta ahora, era de la incautación que se hizo de las imágenes de seguridad de la Municipalidad de Santiago.Fuentes del caso señalaron a La Tercera que fue el propio director de Seguridad del municipio, Kevin Díaz, quien tras ver lo que aparecía en la audiencia del miércoles pasado, se dio cuenta de que personal de Inteligencia de la PDI había estado también en la central de cámaras de Santiago.
Mediante correo electrónico y oficio dieron cuenta de la situación a Armendáriz y su equipo, quienes ya tenían sospecha de situaciones similares con otras cámaras de la capital. Mediante esa comunicación se informó que la PDI se llevó dichas imágenes, ya que es parte del protocolo de colaboración que tiene el municipio con las policías para la persecución de delitos.
“Dijeron que era por un secuestro, por lo que se le dio acceso bajo protocolo”, dijo una fuente conocedora de la diligencia.
La obstrucción
Y es que a esta altura, todos los movimientos que hizo Monsalve en la capital, junto a la policía, para el Ministerio Público son parte de la investigación, ya que como el mismo Armendáriz soslayó el miércoles pasado se sospecha que todo el despliegue buscaba evitar la denuncia y también adelantarse a qué pruebas podían haber en su contra.
“Ha habido gestiones previas sin que mediara ninguna denuncia, ni ninguna comunicación oficial a autoridades superiores por parte del imputado: ordenó llevar adelante diligencias con sigilo que, su señoría, no solo consistieron en estas intervenciones de cámaras, sino que además llegaron al círculo íntimo de la víctima”, dijo el fiscal regional al tribunal.
Es más, sostuvo Armendáriz, “el primer detective que habló con la víctima fue una persona dentro del curso de estas diligencias ordenadas por parte del imputado (…) “Se acercaron a su departamento y el imputado Monsalve le señaló a la Policía de Investigaciones (…) que se acercaran a la víctima”.
Tal y como develó este jueves La Tercera, para que los detectives se acercaran a la denunciante Monsalve les aseguró que temía por la integridad de la funcionaria.
“Dijo que él y ella podían haber sido víctimas de un delito y que como no sabía hace días de ella, ya que no se había presentado a trabajar, quería saber si estaba bien”, sostiene una fuente del caso.
Es ahí cuando personal de Inteligencia haciéndose pasar por delivery en entrega de encomienda intenta saber de ella, nunca hubo contacto directo y la víctima sólo recordó el episodio una vez se enteró de lo que dijo el fiscal en la audiencia del miércoles.