Durante la jornada de este domingo, el Presidente Sebastián Piñera estuvo en la Plaza de San Pedro, en Roma, para contemplar la canonización del arzobispo de San Salvador Óscar Romero y de Pablo VI.
El Jefe de Estado presenció la instancia junto a la Reina Sofía, al presidente de Italia, Sergio Mattarella, el de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y el de Panamá, Juan Carlos Varela Rodríguez.
«Declaramos y consideramos santos a Pablo VI y a Óscar Arnulfo Romero Galdámez», declaró según la fórmula en latín el Papa Francisco, quien canonizó en la misma ceremonia a los religiosos Francisco Spinelli, Vicente Romano, María Catalina Kasper, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y al laico Nuncio Sulprizio.
El Papa Pablo VI fue «el profeta de una Iglesia extrovertida que mira a los lejanos y cuida de los pobres», declaró Francisco durante la homilía.
«Es hermoso que junto a él y a los demás santos y santas de hoy, se encuentre Monseñor Romero, quien dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos», añadió suscitando aplausos y ovaciones.
En homenaje, el Papa usó como vestimentas litúrgicas durante la ceremonia el cíngulo con sangre que llevaba en la cintura Romero el día de su asesinato en 1980, así como la casulla de Pablo VI.
Miles de personas, entre religiosos, fieles y autoridades de los dos continentes asistieron a la solemne proclamación en el Vaticano, entre ellos unos 7.000 salvadoreños.