Tradicionalmente las producciones de hortalizas se basan en el uso intensivo de agroquímicos para el control de plagas y enfermedades. El uso abusivo de estos productos genera problemas ambientales, sociales y económicos que afectan la sustentabilidad de los sistemas.
“Estas aplicaciones influyen negativamente en la calidad del suelo, ya que pierden una importante cantidad de micoorganismos benéficos, que ayudan a las plantas en su desarrollo para alcanzar los niveles de productividad que hacen rentables las unidades productivas de los agricultores”, sostiene la investigadora de INIA Quilamapu Lorena Barra, quien lidera una innovadora estrategia de manejo de plagas y enfermedades basada en el uso de hongos endófitos.
“Lo que buscamos -agrega- es minimizar los efectos perjudiciales del uso de plaguicidas químicos en la horticultura”, enfatiza.
Barra explica que los hongos endófitos son microorganismos que crecen en el interior de la planta, protegiéndola frente a la acción de plagas y enfermedades, y que contribuyen a su desarrollo al apoyar el proceso de nutrición de la planta.
Las propiedades benéficas de estos hongos fueron evaluadas en hortalizas durante la temporada 2018-2019, con agricultores de las localidades de Maule y Colín que forman parte del programa Prodesal de la Municipalidad de Maule.
Tradicionalmente, estos pequeños productores han utilizado importantes cantidades de productos químicos en el control de plagas y enfermedades.
“Los hongos endófitos fueron validados, tanto en invernaderos como al aire libre, en cultivos de tomate, pepino y lechuga, alcanzando producciones 100% libre de plaguicidas químicos y con rendimientos, en algunos casos, superiores a los obtenidos con el sistema tradicional” enfatiza la investigadora de INIA.
Lorena Barra sostiene que “el éxito de estas tecnologías depende del cumplimiento de las recomendaciones técnicas por parte de los productores. Los endófitos funcionan principalmente de forma preventiva. Deben ser aplicados de forma oportuna y bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad, pero además los agricultores deben contribuir con el cumplimiento de labores de manejo que son fundamentales para evitar una alta presión de las plagas y enfermedades, como el retiro de los restos de vegetales provenientes de podas y limpiezas, manejo adecuado de la ventilación en el caso de los invernaderos y un manejo nutricional adecuado, entre otras”.
Durante el proceso de validación en hortalizas, la investigadora de INIA dijo que se trabajó en el desarrollo de una estrategia de uso con varias mezclas de endófitos “para lograr la más efectiva y funcional, o sea, que controle la plaga y/o la enfermedad y que además promueva el crecimiento de las plantas”.
Para ello, comentó que se realizaron aplicaciones previas al trasplante, a nivel de almácigo, y luego en el desarrollo de cultivo hasta la cosecha.
“Las aplicaciones previas al trasplante son fundamentales para el éxito de estos hongos, debido a que hay una importante colonización del suelo con microorganismos benéficos que compiten y disminuyen las poblaciones de patógenos que producen enfermedades en las plantas”, afirmó Paz Millas, fitopatóloga e investigadora de INIA que también forma parte del proyecto.
PRODUCTORES CONTENTOS
Sólo experiencias positivas han expresado los productores del Prodesal que han interactuado con esta iniciativa de investigación del INIA. En tal sentido, Patricio Vásquez, agricultor del sector Unihue comentó que “estamos muy contentos con estos honguitos; son muy buenos para la mosca blanca y hongos del suelos con un rinde de cosecha muy bueno en tomate”.
Francisco Fuentes, joven agricultor que desde hace algunos años se esfuerza en obtener hortalizas bajo plástico usando microorganismos y extractos vegetales, sostuvo que “hemos tenido una buena experiencia con estos hongos. Hemos podido evitar el uso de plaguicidas en el cultivo en invernadero. Esto es un gran logro para la agricultura en general. Este trabajo significa una apertura a mercados más exigentes con una reducción de costos”.
Finalmente Jorge Orellana, productor de lechugas, dijo que “se notó el uso de los hongos endófitos. Mi experiencia fue buena ya que las plantas estaban más sanas y eliminamos químicos. Me llamó la atención que las lechugas que puse después en el lugar del ensayo, se dieron muy bien, estaban mucho más bonitas que las que puse en sectores donde no había usado estos hongos buenos (endófitos)”.
La investigadora Lorena Barra expresó su satisfacción por el aporte realizado. “Para nosotros como INIA es importante desarrollar tecnologías al alcance de la pequeña agricultura. El producto final que estamos elaborando considera una formulación que facilitará su uso por parte de los productores, porque además de la efectividad del agente microbiano, hemos incorporado protectores de rayos UV, un aditivo natural que hace que el producto se adhiera mejor a las hojas, y estimuladores que hacen que el hongo ingrese a la planta, todo en una dosis lista para ser ocupada en bombas de espalda”, puntualizó.
La especialista del INIA agradeció el apoyo brindado al FIC Maule, así como a la Municipalidad del Maule que posibilitaron desarrollar el trabajo de investigación tendiente a generar producciones hortícolas limpias.