El lunes 28 de junio asumió en Talca -así como en todo el país- el Concejo Municipal, iniciando un periodo que viene cargado de desafíos y con la responsabilidad de cumplir con las expectativas de la ciudadanía, la que nos entregó su confianza a través del voto.
Hablo de desafíos porque desde que asumí el primer periodo, trazamos un horizonte en el cual fijamos ejes relevantes, tales como la preocupación por nuestros adultos mayores, contar con más y mejores espacios urbanos, recuperar nuestro casco histórico y avanzar en una ciudad sustentable, entre otros aspectos. Todo ello marcado por otro elemento relevante como es la participación ciudadana.
Nuestro principal reto es profundizar lo que hemos venido haciendo en gestión municipal, pero agregando en ello la constante preocupación por el tema sanitario y la derivada social que ha traído consigo la pandemia del Covid-19.
También debemos hacernos cargo de las demandas que la sociedad ha venido manifestando y que esperan se vean reflejadas en una nueva Constitución. Sin embargo, hay elementos que son esenciales y que como municipio podemos ir brindando de mejor manera.
Hoy, las vecinas y los vecinos esperan tener mayor espacio de participación en las decisiones de la comuna. Hemos venido dando pasos en esa dirección. Hemos enfrentado un proceso de consulta con dirigentes vecinales y representantes de organizaciones –por ciento, cumpliendo con las medidas sanitarias- para la elaboración del Plan de Desarrollo Comunal, del cual estamos recogiendo las necesidades de la gente para materializarlas en proyectos, tal como ya lo hicimos con la puesta en marcha de la clínica odontológica y más áreas verdes (provenientes de los resultados de la consulta ciudadana) o el servicio de transporte gratuito para adultos mayores y personas con discapacidad (surgido de diálogos ciudadanos realizados en el contexto del estallido social). De esta manera, debemos seguir abriendo los espacios de participación porque sabemos que hay más grupos de nuestra sociedad que quieren aprovechar dichos espacios.
Asumo este segundo mandato con la convicción de transformar a Talca con grandes y relevantes ejes. Queremos convertir a Talca en una ciudad para la felicidad, que sea a escala humana con nuestros servicios municipales más cerca de la gente y que ayude a resolver sus requerimientos. Una ciudad que tenga la justicia social como condición mínima de convivencia, profundizando el sistema de protección con programas orientados a los grupos más vulnerable, como los adultos mayores, discapacitados, niños, niñas y mujeres. Una ciudad con desarrollo sustentable, rescatando y ampliando “el patrimonio verde” de la comuna para ponerlo al servicio de las familias en una relación de respeto con la naturaleza. Una comuna con una democracia más profunda y con mayores espacios de participación, con consultas ciudadanas permanentes, donde la gente puede incidir en procesos de cambio relevantes del territorio. Una ciudad cono economía solidaria desarrollada a escala humana, donde la infraestructura, la tecnología, el turismo, la educación y la inversión, deben ponerse al servicio de los habitantes y sus aspiraciones.
Para todo esto, confío en el trabajo del Concejo Municipal que acaba de asumir, con una composición amplia y diversa, donde está representada la comunidad talquina en su conjunto, con sus distintas visiones. Creo firmemente que esta característica enriquecerá la gestión. En este contexto, quiero convocar a los diez concejales a trabajar de manera unida, mancomunada y pensando en el bien común de la ciudad; acogiendo el aporte en ideas, escuchando, debatiendo y obteniendo como resultado lo mejor para el desarrollo de la comuna y su gente.