Marciano Cantero, el cantante de Enanitos Verdes, murió este jueves a los 62 años, en Mendoza, donde estaba internado en la Clínica de Cuyo. Había sido operado de urgencia la semana pasada y le habían extirpado un riñón y parte del bazo.
La noticia se supo hoy jueves a la noche. Según los primeros informes médicos, tuvo graves complicaciones con el único riñón que le quedaba.
Durante los últimos días hubo gran preocupación entre sus fans y muchos mensajes de aliento en las redes sociales.
Enanitos Verdes no sólo es una de las bandas pioneras en la exportación del rock argentino, sino que además posee la canción más escuchada en Spotify: Lamento boliviano, con más de 394 millones de escuchas.
Habló el hijo
Javier Cantero habló para la prensa sobre su padre. «Lamentablemente no pudo superar las complicaciones. Quiero agradecer personalmente a todos los fans, a todos los amigos de la vida, a la familia, todos los rezos y el apoyo que hemos recibido estos días. También quiero agradecer a la Clínica de Cuyo porque fueron unos genios absolutos. Por más que estoy muy triste, miro estoy 30 años pude pasar con él. Cada día que pude pasar fue un regalo. No puedo también dejar de estar feliz por el gran hombre que era y por todo el amor que le devolvieron en estos días», detalló.
«Después de la operación hubo momentos no tan buenos, pero hoy estaba un poco mejor, aunque la situación era crítica. La verdad es que el panorama no era bueno», agregó.
«Quiero que no solo lo recuerden como el compositor, el cantante y el artista qu era, sino también como una persona maravillosa y mi mejor amigo en el mundo». Mencionó.
Una figura muy querida
Horacio Eduardo Cantero Hernández, su nombre completo, dio sus primeros pasos en Mendoza junto al guitarrista Felipe Staiti y el baterista Daniel Píccolo.
Juntos, a fines de los años ’70 se convirtieron en la banda más popular de Mendoza y decidieron probar suerte en Buenos Aires.
Los primeros pasos fueron duros, pero de a poco se hicieron conocidos y lograron actuar en festivales y llamar la atención de los productores, hasta que finalmente les ofrecieron grabar su primer disco.
Salió en 1984 y contó con la producción de Leo Sujatovich, padre de Mateo, líder de Conociendo Rusia, y tuvo la participación especial de David Lebón como invitado.
Simpático, humilde, con un gran sentido del humor y su característica tonada mendocina, Marciano y sus compañeros rápidamente se ganaron un lugar en la dura escena porteña.
Enanitos Verdes pegó el salto de popularidad con su segundo álbum, Contrareloj, producido por Andrés Calamaro y con los hits La muralla verdes, Cada vez que digo adiós y Tus viejas cartas.
A partir de ese momento comenzó una carrera ascendente que nunca se detuvo.
De hecho, la banda estaba retomando su gira de aniversario por sus 40 años, que había quedado trunca por la pandemia.
El crecimiento de Enanitos Verdes en el exterior no solo se debió al hecho de tener buenas canciones y hits, sino que antes del segundo álbum habían salido de gira por Latinoamérica como banda de apoyo del cantante Piero.
Así se hicieron conocidos en muchos países, con un trabajo de base que luego cosecharon hasta igualar el alcance continental de artistas como Soda Stereo y Miguel Mateos/Zas.