La suspendida jueza, Irene Rodríguez, se lavó las manos por dejar libre al sicario venezolano Alberto Mejías y endosó responsabilidad a Gendarmería por un error en la parte administrativa.
La magistrada dijo que “creo que faltó un cotejo y una llamada a tribunal”, responsabilizando a Gendarmería por la cadena de errores que terminó con la libertad del sicario venezolano.
“Hubo un error en pinchar la notificación (…) de la parte administrativa, no puedo decir quién fue y quién hizo ese error. Fue un error por pinchar por mail, fue un error”, dijo.
La jueza fue suspendida por un mes de sus funciones junto a un funcionario del tribunal y hoy realizó un punto de prensa afuera de su vivienda.
“Nada habría pasado si Gendarmería hubiera dado un buen cotejo. Ellos tenían que comparar”, insistió.
“Nada habría pasado si se hubiese cotejado bien la orden de ingreso, con que ingresó la noche anterior. Gendarmería tuvo esa orden de ingreso”, señaló.
Además, se lavó las manos por quién liberó al sicario, indicando que “yo no lo sé. Es materia de investigación”.
