Como ya es habitual en esta época del año, en el país se desarrolla una extensa campaña de vacunación para prevenir la llegada de virus altamente contagiosos, causantes no solo de fuertes resfríos, sino de la temida gripe. Los especialistas señalan que gripe e influenza son lo mismo, pero distintos del resfrío y, lo más serio, es que en el primer caso, puede a llegar a provocar la muerte, sobre todo en los grupos de riesgo.
La influenza tiene un periodo de incubación de uno a cuatro días, desde que se contrae el virus hasta que comienzan los síntomas, que suelen afectar a todo el organismo y, en particular, a las vías respiratorias.
“Es mucho más que un resfrío común porque en estos casos la sintomatología es de baja intensidad y las personas pueden seguir funcionando, trabajando. En cambio, en la influenza su aparición es más intempestiva, uno se siente como si hubiese sido apaleado y muchas veces hay fiebre y muy alta, especialmente en los niños. En cambio, los adultos mayores pueden tener hipotermia, debido a enfermedades crónicas que afectan su sistema inmunológico”.
La descripción fue realizada por la doctora del Departamento de Geriatría del Hospital Regional de Talca, Ana María Brito, especialista en salud pública, quien precisó que este año predomina la influenza generada por el virus AH3N2, una cepa que no es nueva pero que ha mutado y que demostró su agresividad durante el invierno del hemisferio norte.
Su presencia en Chile fue tempranamente detectada. La enfermera Bárbara Fernández, magíster en Gestión Instituciones de Salud, profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Talca (UTALCA), afirmó que ya en enero había influenza en el país y, actualmente, se observan casos de parainfluenza que provoca una sintomatología variable como afecciones a la garganta e infecciones en las vías respiratorias superiores, principalmente.
VACUNACIÓN
La influenza es considerada un problema de salud pública por su capacidad de producir epidemias. Cuando esto ocurre se genera un aumento de la demanda en la atención ambulatoria y hospitalaria, y se incrementan los fallecimientos, en especial en los grupos de riesgo, tales como la población infantil, adultos mayores, personas con patologías crónicas y mujeres embarazadas.
De ahí la importancia que las autoridades de salud asignan a la prevención y, principalmente, hacen énfasis en la campaña de inmunización que se planifica con tiempo y de acuerdo a las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que define cuáles son los genes epidémicos.
En general, según Bárbara Fernández, se supera el 85% de vacunación de los grupos de riesgo —porcentaje fijado para la campaña 2018— y, respecto a la época en que se debe colocar la vacuna para que esta sea más efectiva, indicó que depende de la aparición de los primeros brotes.
“Lo ideal es en marzo o antes para llegar a tener una inmunidad satisfactoria”, afirmó. Esa recomendación se basa en que se requieren a lo menos dos semanas para que el organismo cree las defensas necesarias, tras la vacuna, y de ese modo estar inmune al virus influenza.
En todo caso, el Minsal dio a conocer que los primeros reportes y notificaciones del virus AH3N3, con muestras respiratorias que dieron positivo, corresponden a las primeras cinco semanas del presente año.
Por otro lado, Loreto Núñez, directora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca, recalcó que la inmunización debe abordarse como un objetivo y un bien comunitario.
“Esta vacuna requiere que el 90% de la población objetivo esté vacunada. Cuando eso no ocurre, hay personas más propensas a que la enfermedad sea mortal en ellas”, acotó.