Se prevé que a fines de junio se registre la mayor alza de consultas por enfermedades respiratorias, patologías que se están comportando con una mayor agresividad en comparación al año pasado.
“Las condiciones ambientales y respuestas lentas de vacunación en la población, contribuyen a que los brotes sean más agresivos”, sostiene Claudio Figueroa, académico de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián.
Anualmente se registran entre 400 y 500 muertes producto de infecciones respiratorias, por eso los 20 fallecimientos por influenza que se han producido a la fecha son de preocupación.
Al respecto, el bioquímico indicó que “más vale vacunarse tarde que nunca: aun cuando el sistema inmune toma al menos dos semanas en asimilar al agente infeccioso. Desde el punto de vista de la propagación, las personas que tienen contacto con público de riesgo en gran cantidad como profesores, profesionales de la salud y conductores de transporte público, deberían vacunarse contra esta gripe cada año”, indica Figueroa.
El académico propone que: “hay que mantener la cobertura obligatoria de vacunación en la población de riesgo ya que se relaciona con la posibilidad de presentar síntomas graves, pero una medida de impacto sería también subvencionar el acceso a la vacuna para grupos de población sana que están altamente expuestos”.
Asimismo, apunta a que se necesita implementar campañas de educación en salud que contemplen la importancia de la vacunación para proteger de loa sintomatología grave de la influenza.
¿Gripe 2.0?
La multiplicación del virus de influenza va generando variantes que modifican la estructura de sus proteínas a nivel genético, por lo que la inmunidad que se desarrolla en un año no es útil para el año siguiente, explica el académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas USS.
Otro factor a considerar es que hay tipos de influenza que infectan a otras especies (Aviar, Porcina) y que en ambientes que circulan las cepas humanas en conjunto con las cepas animales se pueden producir combinaciones que generan tipos de influenza particularmente severas, como ocurrió en el 2008.