Dos reclusos del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Curicó (CCP) están bajo sospecha de coronavirus y se mantienen a la espera de la entrega del resultado de los exámenes. Fue gobernador de la provincia de Curicó, Roberto González, quien aclaró los detalles del protocolo activado ante la sospecha y el traslado de ambos imputados a la cárcel de Molina.
“Tomé contacto con el mayor Ramón Riquelme, quien está a cargo del Centro Penitenciario acá en Curicó, y él me manifiesta que hay dos imputados, uno que había presentado 38 grados de temperatura, el otro 38.3 grados de temperatura, tras lo cual inmediatamente se activa el protocolo y estos imputados son traslados al Hospital Base de Curicó, donde se les practican los exámenes para poder descartar o confirmar un eventual caso de coronavirus. Se está a la espera de estos exámenes y como medida preventiva y de precaución, son trasladados al Centro Penitenciario de Molina, donde están las condiciones para que ellos puedan permanecer aislados de la población penal, obviamente resguardando la salud de estos dos imputados,como del resto de la población penal al interior de ese centro penitenciario”, indicó González.
Del mismo modo el jefe provincial curicano concurrió hasta el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Curicó, para monitorear en terreno la situación al interior del penal, con las personas privadas de libertad y funcionarios del recinto, a raíz de la emergencia sanitaria y de los dos casos sopechosos.
“Dentro de la emergencia sanitaria que está viviendo nuestro país, queríamos visitar el centro penitenciario, en la cual hemos podido constatar los protocolos que se han activado al interior del recinto con la población penal, donde han reforzado la campaña de vacunación contra la influenza, en especial, con el grupo de riesgo y funcionarios, además de control de temperatura y dispensador de alcohol gel”, señaló el Gobernador de Curicó.
Cabe recordar que en el marco del Plan de Acción COVID-19, el Gobierno ha coordinado con distintos ministerios respecto a las necesidades y medidas de prevención al interior de estos recintos, donde se considera a las personas privadas de libertad como un grupo que está en una especial condición de riesgo para esta enfermedad.
“A los internos se les está entregando artículos de aseo personal, control de temperatura, y se ha reducido de cinco a un día las visitas, permitiéndoles dos personas como máximo. Todas medidas para el resguardo de ellos mismos y evitar posibles contagios. También se tomó la determinación de prohibir el ingreso de adultos mayores, lactantes y mujeres embarazadas. Y a los funcionarios se les ha entregado guantes, alcohol gel y mascarillas” agregó el encargado del CCP de Curicó, mayor Ramón Riquelme.
La cárcel de Curicó posee una población penal que bordea los 480 reclusos y en él se ha establecido un plan sanitario integral para evitar el contagio de COVID-19.
