Ni siquiera el más romántico de la tierra, ese que se pasa la vida mirando la Luna, lo puede notar, pero es verdad. La Luna se está haciendo cada vez más pequeña. Al menos, esa es la conclusión de Thomas Watters, científico principal del Centro de Estudios de la Tierra y Planetas del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Estados Unidos.
Según informó la NASA a través de un comunicado, todo se debe al enfriamiento en su interior. Esto ha hecho que la Luna haya adelgazado más de 50 metros en los últimos cientos de millones de años.
Los análisis de Watters se realizaron gracias a las diferentes misiones Apollo y se centraron en las fallas que tiene la corteza lunar. Según el científico «estas fallas aún están activas y probablemente producen terremotos lunares a medida que la Luna continúa enfriándose y disminuyendo gradualmente».
Watters informó, además, que «algunos de esos terremotos pueden ser bastante fuertes, alrededor de cinco en la escala de Richter» y que los acantilados provocados por esa actividad pueden tener decenas de metros de altura y kilómetros de extensión.
Miguel Roth, astrónomo del Telescopio Magallanes Gigante, dice que «hay que entender que estos procesos están ahí desde hace millones y que no tienen ninguna influencia sobre nosotros en lo inmediato», por tanto para nosotros serían imperceptibles.
El astrónomo también detalló que parte de la pérdida de tamaño de nuestro satélite natural se debe al choque de meteoritos sobre la superficie lunar. También, se refirió al punto donde la NASA habla de estos movimientos sísmicos que vive la Luna, donde detalla que: “Hay una parte de la Luna que está expuesta al Sol, otra que no, y eso genera tensiones. Y el anuncio de la NASA también decía que estos ‘lunamotos’ se producían con mayor frecuencia cuando la Luna estaba en su punto más lejano de la Tierra. Lo que no te decían es que antes había estado cerca, que había sido tensionada y que después se relajaba y que eso podía producir temblores”, reveló el astrónomo