El informe dado a conocer por los Jesuitas el martes dieron cuenta de un lapidario registro de abusos cometidos por el hoy fallecido Renato Poblete, acciones que fueron cometidas «de manera reiterada, grave y sistemática, amparado en el poder que le otorgaba su condición de sacerdote».
La recopilación de datos desde enero lograron consignar en 407 páginas lo relatado por los 102 entrevistados, quienes confirmaron parte de los actos que el histórico capellán del Hogar de Cristo cometió en un periodo de 48 años, entre 1960 y 2008.
Al respecto, Marcial Sánchez, académico experto en iglesia católica, sostuvo que el documento “denota la realidad de un depredador sexual, de una bestia como fue Renato Poblete”.
Sobre esta materia, Sánchez plantea: “¿Por qué dicen que no hay encubrimiento?, porque si dices que hay encubrimiento hay una caída completa al interior de la estructura, aunque ya la hay, porque Poblete fue un formador, de sacerdotes acusados de abusos y otros que aún están en la compañía.
Consultado sobre la vida de reconocimientos por su labor sacerdotal que tuvo el cura jesuita, Sánchez expone: “Poblete era una persona que fue pensado en un momento determinado que podía ser santo, se ríe de Chile y utiliza los mismo recursos del Hogar de Cristo para pagar silencios”.
¿Qué repercusiones tiene esto para los jesuitas?
Para el académico, “la mayoría de los jesuitas vienen de la élite y ese es otro factor, porque toca el corazón de un sector social que tiene poder en Chile (…) No hay que olvidar que los jesuitas tiene un papa, que es Francisco y no me cabe la menor duda que desde el Vaticano tiene que haber sonado el teléfono”.
Según lo expuesto por el provincial jesuita Cristian del Campo, Poblete “mantuvo seis relaciones estables por algún periodo de tiempo. No todas estas relaciones están planteadas como denuncias o testimonios en este proceso, pero el investigador estima la existencia de aspectos abusivos en al menos 5 de ellas».
En total fueron fueron 22 las denuncias contra el sacerdote: cuatro fueron por tocaciones de connotación sexual hacia menores, otras 16 por abordajes sexuales inesperados y violentos a mayores de edad y otros dos casos corresponden a la denuncia realizada por Marcela Aranda y por otra víctima que mantuvo una relación estable y consentida.
