Adoptar un modelo semipresidencialista en Chile, que evite riesgos para el sistema democrático, es la propuesta de Humberto Nogueira, académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca (UTALCA) y quien en su más reciente libro, pone el tema sobre la mesa.
“La tipología de gobiernos presidencialistas, parlamentarios y semipresidenciales. Bases constitucionales semipresidenciales para un Chile del siglo XXI”, es el título del documento en el cual, el también director del Doctorado de Derecho y especialista en Derecho Constitucional de la UTALCA; realizó un estudio comparado de constituciones de diversos países, revisó la experiencia chilena en relación al sistema presidencialista y expuso las bases para un modelo semipresidencialista.
Convencido de que el país necesita “una cantidad significativa de reformas tanto en la parte orgánica como en la dogmática de derechos fundamentales”, el académico hizo notar que en Chile los ciclos políticos duran entre 40 y 50 años, de hecho, el de la Constitución de 1925, que terminó con el golpe de Estado, tuvo una duración de 41 años.
“Ahora vamos en cerca de 30 años del ciclo actual y no ha habido perspectiva de pensar en serio una modificación para que no caiga el sistema democrático con un cambio de gobierno”, expresó.
“La Constitución del 80 profundizó el presidencialismo. El presidente de la República es el gran legislador y el Congreso queda en un ámbito disminuido, al tener el presidente la iniciativa exclusiva de ley, la determinación y calificación de urgencias, lo que le permite manejar la agenda legislativa”, comentó.
Respecto a los próximos resultados electorales, el académico explicó que la estructura del nuevo sistema electoral traerá consigo una mayor representatividad en el Congreso, lo cual implicará que no habrá dos grandes bloques, sino una dispersión de grupos, dado lo cual “lo más probable es que el gobierno no va a tener mayoría parlamentaria”.
“Por lo tanto, puede haber un sistema de bloqueo institucional y el gobierno no podrá desarrollar su proyecto como lo tenía pensado”, dijo junto con afirmar que se prevé una mayor polarización.
“Entonces, surge la pregunta sobre por qué no buscar un sistema de gobierno que no concentre el poder en una sola persona, en que todo el desarrollo político, económico, social e institucional, dependa de una sola persona, y tener un sistema que permita un diálogo entre el presidente y el parlamento”, planteó.
Esta opción implica la existencia de dos figuras con una distribución de competencias, a cargo de un presidente o jefe de Estado y un jefe de gobierno o primer ministro, en que el primero aborda roles como las relaciones exteriores y con el Poder Judicial y las Fuerzas Armadas, mientras que el segundo tiene apoyo del parlamento y lleva el diálogo con este.
El texto también hace claridad sobre los defectos institucionales más importantes del presidencialismo chileno y busca solucionarlos y explica por qué el presidencialismo no es una alternativa para Chile desde la perspectiva histórico cultural.
Respecto a avances en América Latina que modifiquen el presidencialismo, Nogueira aseguró que existen presidencialismos parlamentarizados que algunos confunden con semipresidencialismo.
Además de analizar la evolución de los regímenes de tipo semipresidencial y hacer una propuesta para Chile, el profesor Nogueira se refiere, en la publicación, al presidencialismo puro y atenuado en América Latina; lo gobiernos parlamentarios que se han ido desarrollando en Europa, y a regímenes semipresidenciales en países como Polonia y Rumania.