El dimitido expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó este martes a Ciudad de México, haciendo efectiva su calidad de asilado político del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, oportunidad en la que afirmó que “seguirá la lucha”, y que solo habrá paz en su país cuando haya “justicia social”.
“Gracias a México, a sus autoridades, pero también quiero decirles que mientras tenga la vida seguimos en política, mientras esté en el tren de la vida sigue la lucha, y estamos seguros que los pueblos tienen todo el derecho de liberarse”, dijo en una primera declaración en el hangar del Ejército mexicano.
El renunciado exjefe de Estado indígena llegó en compañía del también dimitido exvicepresidente, Álvaro García Linera, y otros de sus colaboradores y fue recibido por el canciller de México, Marcelo Ebrard.