A la espera de los resultados de un estudio sobre la cantidad de bosques adultos disponibles que realiza el Observatorio Laboral del Maule de la Universidad Católica del Maule (UCM), se encuentran los integrantes de la Asociación Gremial de Pequeños y Medianos Industriales de la Madera (Pymemad).
Su presidente, Hernán Muñoz, dijo que, si se confirma que los árboles disponibles tras el mega incendio forestal de enero de 2017 corresponden principalmente a ejemplares juveniles, la pequeña industria de la madera va a “morir luego”.
“Por ahora, los aserraderos y barracas de los alrededores de Constitución se mantienen con la madera de los bosques siniestrados, lo que permitirá la continuidad laboral hasta un año más. En ese punto, los árboles juveniles no estarán todavía en edad de cosecha, por lo que el rubro comenzará a colapsar”, aseveró Muñoz.
Este panorama, calificado como lapidario por representantes del sector, se ha ido confirmando en el marco de la investigación sobre reconversión laboral que lleva a cabo un equipo del Observatorio Laboral del Maule de la UCM.
Necesidad de apoyo público
Encabezado por el sociólogo Claudio Vásquez, el equipo se encuentra estudiando los problemas que vive el rubro de la madera pasado un año de los incendios.
Durante su última visita a Constitución, donde visitaron barracas y aserraderos, el equipo se entrevistó con el presidente de Pymemad y el socio de Aserraderos Catalina, Hernán Muñoz, y con el gerente general de Comercial radiata y miembro de Corma, Patricio Rodríguez. Este ejecutivo dijo que la catástrofe forestal de la zona es la mayor que ha vivido en más de 20 años.
“Está en un alto riesgo la continuidad de las Pymes. En un año y medio más vamos a tener un abastecimiento relativamente complicado”, afirmó el miembro de la Corma, y agregó que frente a los mayores costos que implicará abastecerse de madera fuera de la región muchos aserraderos van a desaparecer, salvo una intervención estatal. Rodríguez añadió que en el caso de los aserraderos que no pertenecen a la asociación el término de las faenas será en unos seis meses más.
Como posibles soluciones para mantener la empleabilidad, Rodríguez sugiere activar proyectos en infraestructura pública en la zona, como la construcción de la doble vía hacia Constitución, o también un subsidio a los pequeños empresarios para comprar madera fuera de la zona, además de iniciar ahora la replantación de bosques.
En el largo plazo, el empresario estima que una salida al problema pasa por tres factores: apoyo de la gran industria forestal de la zona, innovación en el sector, y políticas públicas tendientes a la supervivencia de la industria.
Para Claudio Vásquez, responsable del estudio sobre reconversión laboral en Santa Olga, “aunque el incierto panorama forestal y maderero en la zona genera una sensación de angustia y desesperanza, es importante centrarse en una solución colectiva entre los sectores involucrados de manera urgente”, afirmó.