Los estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Chile se manifestaron en contra del intenso estré que sufren, que incluso contabiliza «intentos de suicidio», producto de la carga académica que les significa su carrera.
La protesta tuvo lugar frente a la sede de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) el jueves pasado, tras la cual se abrió el debate por la sobrecarga que la casa de estudios genera sobre sus alumnos:»Tengo sueño», «única tarde libre = trabajo en grupo» o «Quiero amar mi carrera», se leía en algunos carteles.
«Esto tiene larga data. El sicólogo de la universidad está copado. Muchos compañeros se han enfermado por estrés debido a la carga académica y ha habido intentos de suicidio», explicó Camila Núñez, representante del Centro de Estudiantes de Arquitectura, a Las Últimas Noticias.
Aseguró que las horas indirectas, aquellas que dedican a los estudios fuera del horario de clases, nos ocupan todo el tiempo libre», apuntando que «tenemos entre seis y ocho ramos por semestre (…) y estamos en la universidad en clases hasta las 09:00 y las 20:30 horas, a veces hasta las 22:00 porque nos extienden los talleres».
Detalló en ese sentido que han hecho encuestas que han arrojado que «en promedio los estudiantes duermen cuatro horas diarias porque deben llegar a la casa a hacer maquetas».
Fuentes del matutino sostuvieron que esta realidad es generalizada en otros planteles de educación superior.
El jefe de la carrera de Arquitectura, Juan Pablo Urrutia, comentó que «es efectivo que los estudiantes sufren una sobre carga académica, como la sufrimos muchos, pero en otros tiempos, donde incluso la práctica de la humillación era aceptada», lo cual -precisó- «no es argumento para ocultar nuestra incapacidad de hacer valer nuestros derechos en aquel entonces».
En este marco, mediante un extenso hilo en Twitter, contó que «el 2016 hicimos un cambio de malla que redujo las horas directas de docencia en toda la licenciatura en un 10 por ciento, por tanto, el problema es más bien de cómo se ejerce la docencia a que del diseño curricular, el que claro, es muy mejorable, cuestión por la que ya estamos trabajando».
«Al poner el foco en la docencia, y la sabida historia que estudiar arquitectura es duro sea donde sea, vale la pena preguntarse por qué, qué tiene de especial esta carrera que ha generado esa idea generalizada», se cuestionó, identificando -según él- «tres aristas».
Apuntó a que «el perfil de estudiante es distinto que antaño, con más vulnerabilidades que afectan su rendimiento. Un tercio viene de región, viven sin su familia cerca y carecen de ese apoyo. Además dos tercios proviene de colegio municipal o subvencionado», punto que, entre otros, «se están trabajando en la Facultad, considerando el nuevo perfil de estudiante, que requiere más apoyo y atención».
«Es impresentable referirse a los estudiantes como flojos por cuidar su salud mental o por manifestarse en contra de un sistema laboral alienado que no desean replicar. Esta nueva generación sabe más de derechos que la nuestra, y eso habla muy bien de ellos», valoró también, afirmando que «no tiene problema alguno» con apoyar la protesta.
Asimismo, de acuerdo con LUN, Urrutia se reunió la semana pasada con cerca de 30 profesores, quienes -al ver los horarios de los alumnos- «se dieron cuenta que era prácticamente imposible que un estudiante asumiera de buena forma todo lo que le pedían».