El administrador apostólico de la Diócesis de Talca, monseñor Galo Fernández, ofició una misa por la pronta recuperación del cabo segundo del Ejército, Brayan Castillo, quien fue atropellado mientras cumplía con su deber en apoyo a los habitantes de Curicó durante el toque de queda.
La Eucaristía se efectuó en el patio de honor del Regimiento “Talca” y contó con la presencia del jefe de la Defensa Nacional para la Región del Maule, general de brigada Luis Rojas; el comandante del Regimiento “Talca”, coronel Luis Ovando, oficiales y clases que integran la unidad en la que el cabo segundo Castillo cumple sus funciones militares.
En la instancia, monseñor Galo Fernández expresó en sus palabras solidaridad y apoyo “en este momento tan doloroso para todo el Ejército, en donde un compañero de sus filas, cumpliendo su deber, sufre un accidente tan brutal que le va a significar consecuencias para toda su vida”, señaló el prelado.
En su homilía, luego de dar lectura al evangelio según San Lucas sobre los peregrinos de Emaús, monseñor Fernández recalcó que “Jesús nos acompaña aún cuando vamos por caminos amargos, caminos que parecen de derrota”, llevando a los presentes a reflexionar a que “en este momento de dolor para todo el Ejército y de la familia militar, sientan la cercanía de toda la sociedad, que la gente está conmovida con la gravedad de este accidente, y también, por lo incomprensible que son algunas reacciones que han puesto como responsable a sus compañeros, siendo que estaban todos juntos cumpliendo el deber”, enfatizó el administrador apostólico de la Diócesis de Talca.
