Han pasado exactamente 6 años desde que una banda criminal perpetró el denominado “Robo del Siglo” a la empresa Esertval. Pese a que la noticia continúa generando molestia en los perjudicados, este viernes se dio a concoer que uno de los delincuentes quedó en libertad.
El delito se cometió el 19 de septiembre de 2017. Justo ese dia, un grupo de sujetos ingresó a la mencionada empresa ubicada en Independencia y sustrajo $15.800 millones.
El Ministerio Público solicitó una salida alternativa para Pablo Antonio Cordero Valenzuela, alias “dolape”, de 39 años, quien fue uno de los cabecillas del delito. Esto, según consignó La Tercera.
En 2020, luego de 3 años del delito, el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago decidió decretarle arresto domiciliario, sin embargo, días después, la Corte de Apelaciones revirtió la medida cautelar y le decretó la de prisión preventiva, pero él ya se había dado a la fuga antes de que lo fueran a buscar a su casa.
Dos años más tarde, en mayo de 2022, Carabineros logró su detención en un control policial, por lo que comenzó a cumplir la prisión preventiva en la Cárcel Santiago Uno.
Esto debido a que en una audiencia para discutir el aumento del plazo de investigación, la Fiscalía ofreció una salida alternativa para él, quien es uno de los tres ideólogos del caso.
El fiscal Francisco Tolosa argumentó la acusación verbal en contra de Cordero y leyó los hechos por los cuales se le buscaba condenar de manera abreviada.
El persecutor detalló que la agrupación era liderada por Pablo Cordero, así como también por Claudio Pino Morales, Manuel Díaz Ávila y Luis Mosquera Novoa, quienes desde junio de 2017 comenzaron a reunirse para concretar el “robo del siglo”.
Además, agregó que Cordero, al igual que Luis Mosquera, “entregaron dinero para comprar las patentes robadas e instalarlas en los vehículos receptados. En el caso de Pablo Cordero, además, entregó un reloj espía a Eduardo Moya para que grabara dentro de la empresa”, dice la sentencia de acuerdo a lo informado por el medio citado.
El fiscal ofreció una salida alternativa, a través de un juicio abreviado, luego de que Cordero aceptó los hechos.
Finalmente, se le condenó a cuatro penas de 61 días de cárcel por los delitos que le imputaban, condena que ya había cumplido, mientras se encontraba con la medida cautelar de prisión preventiva en la cárcel.
