La salud del Papa Francisco, de 88 años, sigue generando inquietud en el Vaticano, y según el diario suizo Blick , la Guardia Suiza ha comenzado a ensayar los procedimientos para su funeral y entierro. Sin embargo, los voceros de este cuerpo de seguridad desmintieron estos informes, aunque confirmaron que sus integrantes están operando bajo un «toque de queda». La alarma en torno al estado del pontífice se intensificó tras el diagnóstico de una doble neumonía, sumándose a una serie de problemas médicos que ha enfrentado en los últimos años, desde cirugías hasta dificultades para movilizarse.
Ante la creciente especulación en redes sociales, que incluso llegó a difundir noticias falsas sobre su fallecimiento, el Vaticano emitió un comunicado asegurando que Francisco pasó una «noche tranquila» en el policlínico Gemelli y que «está respirando por sí solo». Un portavoz de la Santa Sede detalló que el pontífice ha mantenido conversaciones telefónicas y realiza actividades intermitentes. A pesar de ello, el cardenal Angelo Comastri reafirmó que el Papa «está muy tranquilo» y que «su timón está en manos del Señor». No obstante, fuentes cercanas al pontífice revelaron a Político que él mismo habría hablado en privado: «Podría no lograrlo esta vez».
La hospitalización de Francisco, la cuarta en menos de cuatro años, ha reavivado el debate sobre su futuro al frente de la Iglesia, especialmente en un contexto de alta exigencia por el próximo Año Jubilar. A pesar de sus problemas de salud, el Papa ha mantenido una intensa agenda y ha declarado que no tiene intención de reducir su ritmo. Aunque en el pasado ha dejado abierta la posibilidad de dimitir en caso de verse incapacitado, en sus memorias más recientes señalaron que esto solo ocurriría ante un «impedimento físico grave». Mientras tanto, en el Vaticano se toman precauciones y se preparan para cualquier eventualidad en torno a la figura del líder de la Iglesia católica.