Alejandro Köhler (IND-PS) y Paul Sfeir (Partido Republicano) protagonizaron uno de los momentos maś emotivos del Consejo Constitucional. El primero comentó su período en el exilio durante la dictadura antes de partir la votación del capítulo de "Derechos y libertades fundamentales, garantías y deberes constitucionales". Tras ello, el republicano le dedicó unas palabras y le entregó la tradicional bandera chilena que tienen todos los integrantes de su bancada sobre sus escaños.
La mañana de este viernes se vivió un emotivo momento en medio de una sesión del Consejo Constitucional, protagonizado por dos miembros del órgano pertenecientes a sectores políticos completamente opuestos.
Se trata del socialista Alejandro Köhler y el republicano Paul Sfeir, quienes se dieron un fuerte abrazo luego que este último empatizara con el testimonio del primero, quien recordó sus años de exilio en dictadura.
Mientras se votaba el ítem «Nacionalidad y Ciudadanía» de la nueva propuesta de Carta Magna, Köhler relató que «solo gracias a la intervención de la Cruz Roja Internacional, el Comité Pro Paz y el Gobierno de Alemania, en el mes de marzo de 1975, después de dos años de prisión y tortura, y solo con algunas maletas, toda mi familia fue expulsada del país y sin derecho a regresar. Transformándonos, junto a miles de chilenos, en apátridas».
«Ser un apátrida, consejeros y consejeras, significa ser una persona que no es considerada como un nacional suyo por un ningún Estado o país», explicó, al borde de las lágrimas.
Posteriormente, aclaró que «mi único objetivo al compartir estas experiencias, es enfatizar la importancia de garantizar normas robustas e inclusivas, claras y objetivas sobre nacionalidad y ciudadanía, que sean respetuosas de los Derechos Humanos».
«No hay nada peor que sentirse forzado y arbitrariamente fuera de tu propia comunidad, de tu nación, siendo este vínculo con el país el que debe resguardarse siempre frente a actos arbitrarios de cualquier autoridad», finalizó su intervención.
«No creo que haya alguien que no se estremezca»
Tras ello, Paul Sfeir tomó la palabra y manifestó: «No creo que haya en esta sala alguien que no se estremezca con la historia de vida de don Alejandro Köhler».
El consejero continuó señalando que «a mí me tocó vivir la otra parte de la historia. La que se cuenta poco, pero que también ocurrió. Mi familia también sufrió, don Alejandro, pero yo también quiero reconciliación».
«Esas vidas nos tocaron vivir, pero hoy estamos aquí, mirándonos frente a frente, usted y yo, y todos nosotros. Usted de un lado, yo del otro, pero juntos, con un mandato que nos exige entregar nuestras experiencias para que nunca más, ni a usted ni a mí, o a quienes representamos, nos vuelva a ocurrir», agregó.
Luego, expresó que «tal vez este es tiempo de cicatrices, pero por favor que ya no sea más tiempo de heridas abiertas. Eso anhelo para mi país».
Finalmente, comentó: «Usted, don Alejandro, jamás será de derecha y yo jamás de izquierda, estamos claros con eso. Pero hay algo que nos une indefectiblemente. Son muchas, pero yo me atrevo a mencionar dos: respeto y la otra con un acto, don Alejandro».
Y en ese momento, Sfeir se levantó de su asiento, cogió una pequeña bandera y se acercó a Köhler, quien lo recibió de muy buena manera, dándose ambos un fuerte abrazo, en medio de aplausos espontáneos de la sala.
