Diferentes análisis se han realizado tras la muerte de la carabinera Rita Olivares, y Juan Manuel Astorga fue uno de los que se sumó para realizar una dura crítica.
La sargento murió la madrugada del domingo tras recibir un disparo en la cabeza, en medio de un procedimiento para frustrar un asalto. Su deceso provocó indignación nacional y volvió a enfocar la agenda política en temas de seguridad.
“El año pasado el presidente Boric anunció el Plan Nacional de Seguridad que contemplaba, entre otras cosas…, la creación de un Ministerio de Seguridad, una reforma a las policías y el fortalecimiento de las municipalidades”, recordó el animador en su programa de radio Ahora es cuando.
“Nada de eso se ha concretado, porque tenemos un Parlamento fragmentado, donde es difícil ponerse de acuerdo, incluso en un tema transversal como este, y es lento, lento, como una tortuga con sueño”, añadió.
El comunicador también reflexionó sobre cómo ha ido en aumento la sensación de inseguridad entre los chilenos. “La delincuencia, los asaltos y los robos son la primera prioridad a la que debería dedicar sus esfuerzos el gobierno”, emplazó.
“Las autoridades parecen paralizadas”
Asimismo, recordó las palabras del propio subsecretario de prevención del delito, quien el año pasado aseguró que “Chile vive su peor momento en materia de seguridad, desde el regreso a la Democracia”.
“Un reconocimiento de lo obvio, donde las autoridades parecen paralizadas ante la acción del crimen cada vez más organizado y cada vez más internacional. Donde el homicidio se han vuelto pan de cada día”, sentenció.
“Tenemos un explosivo aumento de otros delitos como el sicariato, los secuestros, y nos hemos acostumbrado a conceptos como portonazo, motochorro, cibercrimen, encerrona, que se han sumado a nuestro vocabulario como si fuera parte de nuestra ‘evolución social»”, cuestionó.
Astorga también cuestionó el trabajo del sistema procesal. “Pareciera mirar más al victimario que a la víctima… Los criminales sienten que les resulta prácticamente impune cometer delitos, incluido matar a un carabinero”, dijo. “Y con una policía sin las herramientas, puede resultar aún más fácil”.
“Puede sonar como una paradoja, pero mientras más crece la sensación de inseguridad, más aumenta el apoyo de la ciudadanía a Carabineros. La gente no los responsabiliza a ellos, sino que al Gobierno”, añadió.
En ese sentido, también reflexionó: “¿Estarán arrepentidos los que despectivamente se referían a nuestros policías como la Yuta? ¿O qué encontraban un arte los grafitis de ‘ACAB’ (all cops are bastard/ todos los policías son bastardos) o que celebraban al perro ‘matapacos’?”.
En el mismo tono, recordó que no pocos carabineros tuvieron que sacar a sus hijos del colegio, “porque sus compañeros le decían -hasta hace poco- que sus papás eran asesinos”.
“Hasta hace poco la muerte de un carabinero era atípico y duelo nacional, hoy sigue siendo duelo, pero ya no es atípico”, cerró.