Tras una entrevista al dueño de la ex Clínica Sierra Bella, Felipe Sánchez, quedó en evidencia una trampa existente para evadir la Ley del Lobby. Esto, pues se ignoran los protocolos oficiales y, como este caso, las instancias de negociaciones no quedan en el registro.
El fracaso en el negocio que permitía la adquisición de la Clínica Sierra Bella, por parte del municipio liderado por la alcaldesa Irací Hassler, parece no terminar por los nuevos antecedentes conocidos.
En entrevista con CNN, el actual dueño de la ex Clínica Sierra Bella, Felipe Sánchez, aseguró que fue la misma alcaldesa de Santiago quien ofreció el primer, segundo y tercer precio que, recordemos, cerró en $8.200 millones.
Así, Sánchez confirmó que la alcaldesa Irací Hassler fue quien hizo los cálculos con su equipo y, el día de la reunión, gestó y negoció en nombre de la Municipalidad de Santiago.
Recordemos que lo anterior es en el contexto en que la Contraloría General de la República reaccionó ante un requerimiento de concejales de Santiago y detuvo la compra de Sierra Bella acusando un exceso en el valor pagado.
Tras ello, el municipio de Santiago canceló el negocio y la alcaldesa Hassler anunció la presentación de acciones legales en contra de los tazadores y se hicieron operativas las renuncias desde el pasado 1 de mayo.
¿Se conocían las razones de la compra de Sierra Bella en las negociaciones?
Considerando que los municipios no pueden tener una clínica, sólo Centro de Salud Familiar (Cesfam), el dueño de la ex Clínica Sierra Bella afirmó que -desde la Municipalidad de Santiago- siempre se les indicó que el objetivo era la reposición de un Cesfam.
Y, en ese sentido, fue la misma información que se le entregó al Contralor para que, posterior a la firma de la compra-venta, se anunciara la primera clínica municipal en Santiago. “Para nosotros también fue sorpresa“, dijo Sánchez.
Finalmente, Felipe Sánchez aseguró que durante la instancia en que él y su madre prestaron declaraciones ante la justicia -la semana pasada- abrieron voluntariamente sus cuentas bancarias y no sólo las personales, sino la de todas sus empresas.
¿Qué pasa con la Ley del Lobby?
Durante la semana pasada, en el concejo municipal de Santiago, el administrador municipal Claudio González detalló que cuando el funcionario es quien coordina la cita -en este caso la agenda de la alcaldesa- con un privado, no es necesario la Ley del Lobby.
En esa línea, respecto a quien organizó la reunión de la polémica negociación, Sánchez aseguró que desde la misma casa edilicia se coordinó a través de una llamada telefónica a uno de sus abogados, asegurando que “nunca se negoció precio antes de esa reunión”.
Considerando lo anterior, dicha junta nunca quedó registrada y Sánchez indicó que le preguntaron al municipio y de hecho “sugerimos un acta y nos dijeron que no era necesario”.
Entonces, ¿qué pasa con la Ley del Lobby? Aparentemente la Ley Nº 20.730 tiene una trampa que se ha advertido en reiteradas ocasiones, pero que aún no se regula.
Esto porque en situaciones como esta, en que una autoridad se quiere reunir con un privado, al final no existe dificultad para coordinar y que la invitación salga -como este caso- desde un municipio, invitando a una reunión.
Situación que perfectamente podría ser conversada en sitios no oficiales, como un café, y acordar la invitación para posteriormente saltarse la Ley del Lobby.
Entonces, en situaciones como esta, luego los privados dicen “fue la autoridad que me llamó, no fui yo” y, en ese contexto, la ley es ignorada y queda fuera de juego.
¿Por qué surgen este tipo de situaciones? Porque en ciertas ocasiones se crean leyes en la que está planificada la trampa. Está planificada la forma de eludirla.