Un avión de carga Antonov An-124 y una aeronave de pasajeros Ilyushin Il-62, ambas pertenecientes a la Fuerza Aérea de Rusia, arribaron misteriosamente la noche del sábado al aeropuerto internacional de Maiquetía en Venezuela, transportando en su interior a un centenar de militares rusos encabezados por el general Vasily Tonkoshkurov, director de movilización del alto mando de las Fuerzas Armadas de Rusia.
El despliegue militar llega en medio de una fuerte disputa política en el país entre el presidente interino designado por la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y el mandatario venezolano y líder del régimen chavista, Nicolás Maduro, que tiene en Moscú a uno de sus aliados más importantes.
De acuerdo al portal colombiano webinfomil.com, los dos aviones de transporte partieron presuntamente de Moscú e hicieron escala en Damasco, Siria, y Dakar, Senegal, antes de cruzar el Océano Atlántico y aterrizar en las afueras de Caracas, un travesía de 10.
La última vez que se observó la llegada de la dupla del An-124 y el Il-62 fue en diciembre, poco antes de que el Kremlin enviara a Venezuela dos bombarderos nucleares estratégicos Tupolev Tu-160, lo que fue visto como una demostración del apoyo ruso en tiempos en los que no se descarta una operación militar de Estados Unidos, que ha reconocido la legitimidad de Guaidó, en el país.
Rusia y China, principales acreedores de la deuda externa de Venezuela (estimada en 150.000 millones de dólares), han sido dos de los mayores aliados del gobierno socialista de Nicolás Maduro en medio de creciente presión internacional para que abandone el poder.
Estados Unidos ha impuesto sanciones financieras contra Venezuela y su estatal petrolera PDVSA; y el 28 de abril entrará en vigencia un embargo de Washington a las exportaciones de crudo venezolanas.
La administración de Donald Trump es uno de los más de 50 gobiernos que reconocen al opositor Juan Guaidó, jefe del Parlamento, como presidente encargado de Venezuela.
La colaboración militar entre Caracas y Moscú se ha fortalecido desde el inicio del chavismo, con la compra de equipos y armamento militar.
Ese despliegue avivó las tensiones de Caracas con Estados Unidos y la vecina Colombia. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, rechazó entonces los ejercicios, acusando a Moscú y Caracas de ser “dos gobiernos corruptos derrochando fondos públicos y reprimiendo la libertad”.