Diario El Centro de Talca publica hoy su última edición luego de declararse en quiebra tras 31 años de circulación, seriamente afectado empresarialmente por la grave crisis en que están sumidos los medios de comunicación, en especial los de formato papel, a nivel global, nacional y regional.
El Centro, que tuvo entre sus primeros slogan institucionales la frase “Equilibrio de Verdad”, fue fundado el 15 de mayo de 1989 por la familia Aldana Norambuena, propietarios en esa época de la hoy también desaparecida Impresora Gutenberg Talca.
El por entonces incipiente matutino nació en un momento histórico para Chile, marcado por la transición política de dictadura a democracia, aglutinando en sus huestes a una amalgama de señeros y jóvenes comunicadores sociales que le dieron forma y sustento a un ambicioso proyecto periodístico-empresarial que en pocos años extendió su circulación desde su Talca natal a las cuatro provincias y treinta comunas de la Región del Maule, transformándose en el primer medio escrito de la zona maulina con efectiva circulación regional.
Actualmente estaba trabajando en el Diario un esforzado equipo de profesionales de las comunicaciones, junto al personal técnico y administrativo, quienes diariamente se esmeraban por darle continuidad a El Centro por sobre las dificultades y vicisitudes de los complejos momentos que afrontan en el presente los medios de comunicación.
A continuación, con el mayor de los respetos, replicamos un extracto del último Editorial de Diario El Centro, que verá la luz hoy martes 25 de agosto de 2020, en su edición número 11.428.
…..“Diario El Centro, en su camino como medio de comunicación, cierra hoy un ciclo con esta edición número 11.428. ¿Se puede decir la última? Sin duda que no, porque en nuestra sociedad moderna, todo da vueltas y, si hay que seguir a las audiencias, cualquier cosa puede ocurrir. Pero por ahora, es la decisión más correcta.
Desde esta tribuna, damos gracias infinitas a todos los que trabajaron en este medio de comunicación. Estas páginas están impregnadas con el esfuerzo y profesionalismo de decenas de periodistas que han pasado por estos teclados y pantallas. Todos hicieron su aporte y hoy se les reconoce y les rendimos honores.
Lo mismo para todo el personal que trabajó en esta empresa, desde altos ejecutivos hasta quienes realizaron la labor más humilde. También para nuestros muertos, es decir, personas que hoy recordamos con especial cariño porque nos dejaron cuando se desempeñaban en esta empresa, causando gran pesar entre nosotros.
Pero esta última edición ya será historia mañana y dará lugar al futuro, donde todo es posible. ¿Cuándo, dónde y cómo? Ahora no lo sabemos, pero lo intentaremos. Y si no es así, que la historia recuerde a este medio de comunicación como lo que fue: un eslabón más en el infinito afán por ejercer el derecho a la libertad de expresión”.
