En la etapa de readecuación técnica se encuentra la Estrategia de Desarrollo Regional 2010-2020 para la Región del Maule, iniciativa que busca actualizar el actual diseño a la realidad presente, conforme a que el terremoto y posterior tsunami de 2010, generó que este instrumento variara en sus prioridades.
La Estrategia de Desarrollo Regional 2010-2020 es impulsada desde la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP)b del Maule, cuya misión es monitorearla y estructurar un modelo de prioridades.
El profesional de apoyo Gonzalo Martner -quien trabajó en sus principales contenidos-, reconoció que esta es una región que se ha ido quedando atrás en el crecimiento económico y de hecho tiene una de las tasas de desempleo más altas del país.
“Evidentemente que Talca es una ciudad con enorme potencial desde todo punto de vista, como también las cuatro provincias de la misma región. Cuando digo empleo, me estoy refiriendo a la reactivación de los sectores productivos. Talca, por ejemplo, tiene un conjunto de servicios que generan una proporción alta de empleos. Asimismo, la Región del Maule está en la dimensión de instalarse como una potencia alimentaria de Chile. Es decir es una zona que está en condiciones de ofrecer a sus habitantes, como también al mundo, una agricultura de punta y moderna”, sostuvo.
Desde la Estrategia de Desarrollo Regional se aplican esfuerzos orientados a recabar una evaluación de mediano plazo y ver cuáles son los elementos que se tienen que incorporar, que permitan bajo ese marco, adecuar esos términos y generar las decisiones que permitan avanzar y profundizar en el desarrollo de la región.
Respecto a la agricultura, Gonzalo Martner expresó que “estos esfuerzos van destinados a cambiar la realidad actual que es de pocas empresas y las que hay generan poco empleo. Entonces el planteamiento básicamente es realizar un gran esfuerzo de reactivación de la pequeña y mediana actividad. Al mismo tiempo, impactar con los grandes interlocutores de la actividad económica agroindustrial. La idea es abrir nuevos horizontes y generar nuevas inversiones. Esto supone también, preocuparse del desarrollo del litoral, volver a generar sistemas de transporte que contribuyan a este esfuerzo y a este proceso”, enfatizó.
Finalmente el profesional de apoyo que prestó servicios a la CRDP, calificó este estudio como “apasionante” por cuanto representa un aporte que responde a las demandas y requerimientos de la ciudadanía.
