El sujeto atacó a una adolescente de 17 años, siendo condenado a privación de libertad. Sin embargo, la justicia panameña autorizó cambiar el castigo.
Durante este viernes, el tribunal de Panamá sustituyó la pena de 5 años de cárcel por trabajo comunitario a un sacerdote colombiano sentenciado por el delito de «actos libidinosos agravados» en perjuicio de un adolescente de 17 años, informaron este viernes fuentes judiciales.
Meylín Jaén, jueza de garantía «accedió a la solicitud de trabajo comunitario para un ciudadano de 51 años, quien fue condenado con 60 meses de prisión como pena principal, como autor del delito contra la libertad y la integridad sexual, en la modalidad de actos libidinosos agravados, en perjuicio de un menor de edad», informó el Órgano Judicial (OJ).
El ente judicial agregó que «la defensa técnica particular, representada por Alex Sánchez, sustentó que el sancionado realizará labores de limpieza, cuidado de adultos mayores y de mascotas en el Centro de Orientación Integral San Juan Pablo II».
El Ministerio Público (MP, Fiscalía), representado por la fiscal Zuleyka Moore y el defensor del Instituto de la Defensa Pública, Darío Solís, «se opusieron a la solicitud» de sustitución de pena por trabajo comunitario, «pese a que la nota presentada por la defensa indica funciones, horario y supervisión» del mismo, dijo el Órgano Judicial.
Esta semana la Fiscalía panameña informó que en una audiencia el acusado, identificado como el ciudadano colombiano Luis Ruiz Quiroga, aceptó la responsabilidad de los hechos ante la juez Jaén, quien validó un acuerdo de pena y lo sentenció a cinco años de prisión.
El hecho doloso por el que fue condenado el cura tuvo lugar el 26 de junio pasado en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Juan Díaz, precisó la información judicial.
«Esta persona fue incluida en la lista de ofensores sexuales de la República de Panamá», dijo el miércoles pasado el Ministerio Público (MP, Fiscalía) en un comunicado.
La Arquidiócesis de Panamá informó que al conocer el caso contactó a la familia del adolescente y le acompañó al Ministerio Público a interponer la denuncia, así como ofreció atención psicológica y espiritual a la víctima.
