La joven, quien tenía 14 años al momento del crimen, es acusada de planificar el violento crimen de Tomás Acevedo Olea, cuyo cuerpo fue hallado con múltiples puñaladas.
Sigue el juicio oral en la región de O’Higgins por el crimen de Tomás Acevedo Olea, joven scout cuyo cuerpo fue hallado sin vida y múltiples puñaladas en San Vicente de Tagua Tagua, en julio de 2019, donde un sujeto y una adolescente, de 23 y 14 años respectivamente, fueron apuntados como autores del delito.
El primero, identificado como Ulises Labrín, arriesga una pena de presidio perpetuo calificado por ser el autor material del asesinato, sumando la premeditación y alevosía reportada por la Fiscalía.
Asimismo, la menor de edad como máximo podría recibir los cinco años de privación de libertad solicitado por el Ministerio Público, pues así lo estipula la ley penal adolescente.
El caso ha sido investigado como una posible venganza por parte de la mujer junto a Labrín en contra de Acevedo, denunciando un posible abuso sexual de este hacia la aludida.
De hecho, el padre de la adolescente destacó que «si la condenan, será por haber sido violada».
No obstante, la familia de Tomás denunció una planificación por parte de quien era una de las mejores amigas del fallecido, exponiendo un frío actuar cuando el crimen ya se había consumado.
Imágenes de cámaras de seguridad y la presencia de esta en el funeral del joven, más diversas evidencias que la vinculan como autora intelectual del asesinato, permitieron ligar su personalidad y figura como participante en el caso.
Mauricio Validvia, psicólogo criminalista, destacó que «esta búsqueda de sensaciones es propia de la adolescencia, donde hay una necesidad de tener riesgos. Y esto puede venir asociado a otros elementos, como la mentira, el engaño y el querer manipular el entorno».
