Las condiciones sanitarias de la Región del Maule conforme al plan Paso a Paso y la necesidad de las familias usuarias, permitió a la Junji atender de forma presencial en los jardines infantiles Junji “Semillitas del Valle” y “Gotitas del Achibueno” en Linares. También comenzó en “Las Ardillitas” de Parral, pero con el retroceso comunal a fase Cuarentena, hoy trabajan de forma remota junto a las familias, para dar continuidad a los procesos pedagógicos de los niños y niñas.
El director regional de Junji, Adolfo Martínez; ha visitado junto al equipo asesor los establecimientos de Linares y Parral, donde constató el cumplimiento de las medidas de higiene y seguridad que la institución ha implementado según el protocolo para establecimientos de educación parvularia, elaborado por los ministerios de Salud y Educación.
Los equipos educativos de cada jardín infantil fueron capacitados en los lineamientos establecidos, los que son rigurosamente ejecutados diariamente. El control de temperatura a todos quienes entran al establecimiento, el uso obligatorio de pediluvio al ingreso, además del cambio de ropa y calzado a las funcionarias que atienden párvulos y aforos reducidos por salas; junto a otras acciones preventivas forman parte del protocolo.
“Hemos estado trabajando mucho para que el retorno voluntario y gradual sea seguro, y dar la confianza a las familias de que estamos tomando todas las medidas necesarias para reducir al mínimo las probabilidades de que haya algún contagio en nuestras unidades educativas”, indicó Martínez.
En Linares, Cristell Cisterna es mamá de Lorenzo, de nivel medio mayor. Explicó que siente confianza en el jardín infantil “por las medidas se seguridad que tienen. Me he dado cuenta de que hay alcohol gel, son pocos niños y además de que yo necesitaba trabajar. Estaba con temor al principio, pero ya contenta de que mi hijo pueda retomar sus actividades, y sus clases porque este año lo mandaré al colegio”.
Se realiza limpieza de forma permanente en las salas y espacios comunes. Además, se desinfectan con frecuencia todas las superficies de contacto común, como pisos, barandas, manillas y otros recursos pedagógicos. En cuanto a los juguetes, sólo se permiten los objetos que puedan ser higienizados de forma constante, por lo que quedan fuera de las salas todos los materiales de tela y con texturas finas, entre ellos, los peluches y otros similares.