El juez Alejandro Madrid declaró culpables a los seis procesados por el homicidio del ex Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, cuyo deceso se produjo el 22 de enero de 1982.
En una noticia publicada en el sitio del Poder Judicial, se señala que “el magistrado condenó al médico Patricio Silva Garín a la pena efectiva de 10 años años de presidio mayor en su grado mínimo por su responsabilidad como autor del delito de homicidio, previsto y sancionado en el artículo 391 número 2 del Código Penal. En tanto, se condenó como coautores del mismo delito a Luis Becerra Arancibia (chofer personal del mandatario e informante de la CNI) y Raúl Lillo Gutiérrez (agente civil de la CNI) a la pena efectiva de siete años de presidio mayor en su grado mínimo”.
El texto añade que “el ministro Madrid sentenció al médico Pedro Valdivia Soto a la pena efectiva de cinco años de presidio menor en su grado máximo por su responsabilidad como cómplice del mismo hecho y a los tanatólogos Helmar Rosenberg Gómez y Sergio González Bombardiere a las penas de 3 años de presidio menor en su grado medio en calidad de encubridores, pena que deberán cumplir mediante la remisión condicional”.
En el camino, la indagatoria ha apuntado a roles que habrían jugado personas de la estrecha confianza de Frei Montalva y ubicados en posiciones claves de su círculo de hierro.
La muerte de Frei Montalva ha sido durante décadas un tema sobre el que pende un manto de dudas. La presencia de agentes químicos en otros casos vinculados a la acción de los servicios de inteligencia del régimen militar hizo que desde la propia familia del exmandatario -en particular su hija, la exsenadora Carmen Frei- impulsaran la necesidad de investigar si el agravamiento súbito del líder de la DC tras lo que parecía ser una operación de rutina obedecía también a la intervención de terceros.