El virus que afectó a los sistemas informáticos del Banco de Chile fue sólo una fachada para la sustracción de cerca de 10 millones de dólares. Así lo informó el gerente general de la entidad financiera, Eduardo Ebensperger.
En entrevista con La Tercera, Ebensperger indicó que el ciberataque que sufrió el banco el pasado 24 de mayo sólo afectó a dineros de la institución y no a los fondos de los clientes. “Encontramos algunas transacciones extrañas en el sistema SWIFT (donde los bancos a nivel internacional remesan sus transacciones a otros países). Ahí nos dimos cuenta que el virus no era necesariamente el tema de fondo, sino que al parecer querían defraudar al banco”, afirmó.
El virus obligó a desconectar gran parte de las 9.000 estaciones de trabajo que el banco tiene en todo el país. Tras ello se generaron cuatro transacciones fraudulentas que lograron sustraer cerca de 10 millones de dólares. El ataque provino de Europa del Este o China, país al que fue a parar la mayor parte de los fondos, por lo que el Banco de Chile comenzó acciones legales en Hong Kong.
El gerente general aclaró que el robo no perjudicó a sus clientes. “Este era un evento destinado a dañar al banco, nos dimos cuenta que ese era el objetivo y cuadraba con este tipo de banda criminal. Nos demoramos dos o tres días para hacer todos los análisis para asegurarnos de que no se haya perdido ningún tipo de información, ni claves, ni fondos de los clientes”.
Esta es la primera vez que se detecta un ataque de esta magnitud en el sistema bancario nacional, si bien constantemente hay intentos de fraudes, lo que obliga a estar revisando y actualizando la seguridad digital. “Tomaremos todas las medidas que sean necesarias para seguir investigando y resguardando a nuestros clientes como lo hemos hecho hasta ahora. Este es un nuevo método, que desde Chile lo veíamos un poco lejos, pero ahora viene bajando a Latinoamérica”, puntualizó Ebensperger.